En un foro sobre la cultura de la legalidad en el país, los ministros de Gobierno, Mónica Palacios, y de Educación, Daniel Calderón aportaron ideas para el cumplimiento de las normas.

El conversatorio fue organizado por la Universidad Casa Grande y se llevó a cabo la tarde del lunes 19 de febrero, de manera virtual. Se trataron cuatro ejes: familia, educación, empresa y gubernamental.

Además de las autoridades también participaron Juan Carlos Díaz-Granados, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Guayaquil; y María Helena Manrique, orientadora familiar.

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La ministra Palacios observó que cultura de la legalidad, en lo político, es un pilar que articula a los “conceptos de la administración de justicia proba y a la vida sin corrupción”.

“Es una forma de vida acorde a una serie de normas, principios, valores, que se articulan de forma tal que el bien de todos es el bien personal, y no otro”, definió Mónica Palencia, enfatizando que se requiere conocimiento, convicción, habilidades, destrezas básicas para transformar las cosas.

Dijo que el Gobierno de Daniel Noboa es el “disparador” de la discusión de la legalidad en la academia y la sociedad civil.

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Desde la óptica del ministro de Educación, la cultura de cumplimiento de la legalidad se trata de cimentar en los hábitos cotidianos todo aquello que permita tener una sociedad de transparencia, justicia, ética, empatía y cultura de paz.

En las aulas escolares se busca incorporar a la formación de los estudiantes “una especie de contagio de la cultura, esa necesidad de poder vivir en un marco de valores”, reflexionó Calderón.

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Visto desde el ámbito empresarial, la legalidad debe ser aplicada y entendida por la integridad de los negocios, por “obrar de manera correcta”, destacó Juan Carlos Díaz-Granados, vocero de la Cámara de Comercio de Guayaquil.

“Las empresas debemos tener honestidad y transparencia en nuestro obrar, con nuestros clientes internos y externos para mantenernos a largo plazo”, remarcó el directivo, al tiempo de enfatizar en la responsabilidad social de las empresas y el respeto a los derechos de los trabajadores, con condiciones justas para todos los empleados.

La orientadora familiar María Helena Manrique centró el análisis del tema en lograr que la educación en valores sea efectiva. “¿Cómo conseguimos que nuestros hijos vivan en valores por una verdadera convicción y no por temor a las consecuencias?”, preguntó la experta.

La respuesta empieza desde la familia, que es el primer lugar de aprendizaje y socialización de los niños. El objetivo es ser más efectivos en la transmisión de valores, opinó Manrique. (I)

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El evento inició con palabras de Ernesto Noboa, rector de la Universidad Casa Grande, quien destacó que las instituciones educativas deben apuntar “a la formación integral del ciudadano”, que sea consciente de sus derechos y deberes, para que actúe con ética.

No se trata únicamente de conocer y respetar las normas, sino que debe existir un compromiso con la sociedad, puntualizó Noboa. (I)