Son 92.112 personas las que están registradas ante el Consejo Nacional Electoral (ADN) por las organizaciones políticas para ‘cuidar’ sus votos en las juntas receptoras del voto este domingo, 13 de abril del 2025, cuando se realice la elección de segunda vuelta entre Daniel Noboa, de Acción Democrática Nacional (ADN), lista 7; y Luisa González, de la alianza Revolución Ciudadana-RETO, listas 5-33.
De ese total, 45.029 son de ADN y 47.083 de RC-RETO, indicó el CNE; la información está cortada a este martes, 8 de abril, pero se conoció que siguen enviando registros.
Ambas candidaturas realizaron ajustes en el control electoral con relación a la primera vuelta.
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En una entrevista con el periodista Carlos Vera, la noche del pasado 7 de abril, la aspirante a la Vicepresidencia de ADN, María José Pinto, contó que hubo una reorganización del trabajo.
“Dividimos el país, se puso a una sola persona a cargo por provincia, que es fundamental porque de lo contrario los unos hacen una cosa y los otros, otras, se mezclan (...). Ya tenemos 41.277 delegados de las juntas receptoras del voto, o sea en las mesas, luego tenemos 6.510 coordinadores de recintos, esos son los fundamentales, porque si hay problemas esos tienen que controlar, y en los centros de digitalización están autorizadas 1.679 personas”, indicó ella, a quien Noboa le delegó que coordinara este tema en la segunda vuelta.
Pinto convocó a los voluntarios a través de las redes sociales en la semana siguiente a la primera vuelta; incluso se habilitó un link para el registro.
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La candidata señaló que actualmente tienen asesoría de un experto internacional en control electoral y una empresa que realiza capacitación, y que además cambiaron sus sistemas internos.
EL UNIVERSO conoció que el ingeniero Santiago Serrano es quien trabaja con ADN en el control electoral; él laboró hace algunos años con el Partido Social Cristiano (PSC).
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Pinto comentó que todos los días tiene reuniones con los expertos y se realizan capacitaciones a los voluntarios. “Hay mucho que hacer, nos quedan pocos días”, indicó.
En tanto que Luisa González también se refirió al tema en una entrevista con radio Morena, este martes 8.
“Ayer (lunes) me reuní con los voluntarios. Confío en la gente que tenemos. Son militantes, son gente comprometida, pero no con Luisa González o la Revolución Ciudadana, sino con los 18 millones de ecuatorianos, con la patria. Y esa gente es la que estará revisando que se cumpla con el correcto funcionamiento de cada mesa. Ellos podrán usar su celular, están claros en eso, y constatar que cada voto esté bien contado y que el acta esté hecha de forma adecuada, tomarán fotografías, se subirá al sistema. Si no coinciden las actas con lo que se ha votado en cada mesa, obviamente vamos a impugnar. Estamos vigilantes de cómo se van a llevar las elecciones. La señora Diana Atamaint, lo he dicho claramente, es la mejor jefa de campaña de Daniel Noboa, ha obedecido todas las órdenes que le han dado”, indicó.
González comentó, sin dar muchos detalles, que el correísmo se maneja con dos controles. “Tenemos un control electoral duplicado, tenemos un control espejo también para vigilar que no nos hagan fraude, porque nos estamos jugando la vida”.
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En las directrices del control electoral de la Revolución Ciudadana se explica que su control electoral “se basa en la participación de voluntarios comprometidos con la transparencia del proceso democrático. Ciudadanos facultados constitucionalmente pueden sumarse a este esfuerzo, garantizando siempre los principios de equidad e igualdad”.
El proceso se inicia con el registro de los voluntarios en una base de datos organizada territorialmente. Luego, se verifica su inscripción y se emiten las acreditaciones, se indica.
La capacitación se lleva a cabo en niveles parroquial y cantonal, abordando tres aspectos clave, se señala en las directrices: pasos para la instalación de mesa electoral; normas y protocolos para garantizar un sufragio ordenado; y la documentación y verificación precisa de los resultados de los votos de las juntas.
“El día de las elecciones, cada observador asignado a una mesa se encarga de supervisar y registrar los datos obtenidos. La información se ingresa en el sistema informático, donde se valida y se identifican posibles inconsistencias. Cualquier novedad es remitida a los delegados acreditados ante el CNE para su análisis y objeción”, se menciona. (I)