El “divorcio” se acentuó en los primeros seis meses de gobierno de Lenín Moreno, en el 2017. El distanciamiento con los líderes de Alianza PAIS (AP), Rafael Correa y Jorge Glas, quienes lo acusaban de haber traicionado el proyecto político que idearon, ocasionó divisiones internas dentro del movimiento al punto que ya sus seguidores se identificaron en dos bandos: los correístas y los morenistas.