Pabel Muñoz, el alcalde electo de Quito por el movimiento Revolución Ciudadana, promete autonomía en el momento de tomar decisiones y dice que la figura del exmandatario Rafael Correa pesará lo que tenga que pesar, pero que al final él tomará las decisiones.

La regularización de los barrios, el funcionamiento del Metro y el establecimiento de la mesa de inversiones para Quito serán el punto de inicio de su gestión cuando asuma el cargo el 14 de mayo próximo, y advierte a los concejales que no irá al reparto de cargos ni chantajes para lograr una mayoría.

¿Cómo toma el triunfo electoral y el cargo que debe asumir como alcalde en las circunstancias en que está la ciudad?

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Primero, un agradecimiento no solo a quienes votaron con nosotros, sino a todos que hicieron viva la democracia el fin de semana; y siento una alegría inmensa por el triunfo, pero siento un nivel de responsabilidad inmenso y no puedo fallar en las expectativas de todos quienes quieren alguna solución en esta ciudad.

Esto prometió Pabel Muñoz para llegar a la Alcaldía de Quito

¿Pero cómo evitar fallar a quienes no votaron por usted?

Tengo claro que mis colores hoy son de la bandera de Quito, y trabajaré para todos los sectores cobijados en esta ciudad y pido el apoyo porque solos no llegamos; no se eligió un mago con una varita mágica para solventar los problemas de la ciudad; se eligió a alguien que pueda coordinar con toda la ciudadanía para encontrar juntos soluciones a problemas de inseguridad, desempleo y aumento de pobreza. Debemos trabajar las 24 horas, los siete días de la semana, y hay que empezar a construir legitimidad no solo es la legalidad de lo que ganamos.

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¿Cómo se consigue legitimidad?

Apostando por el bienestar colectivo, es complicado porque estará dada por una combinación de factores como la autoridad pública para que tome decisiones, Quito ha llegado al descontrol porque aquí cada quien hace lo que le da la gana o le place, y un municipio que mira y deja pasar sin tomar decisiones.

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¿Cuál es lo urgente para Pabel Muñoz?

Voy a empezar por tres cosas, aunque lo emergente para nosotros son los cinco temas que planteamos: seguridad, trabajo, protección a los grupos de atención prioritaria, movilidad sostenible y un Quito cultural, deportivo y entretenido. Pero el día de la posesión entregaré a los concejales el proyecto de ordenanza de regularización masiva de barrios, pero que en los próximos 40 años no se regularice un barrio irregular más.

¿Cuál es la segunda cosa que hará?

Inaugurar el Metro, no las paradas; es decir, poner a funcionar los trenes y no los torniquetes de pasajeros, porque están apurando y lo digo con respeto a los gerentes y a la propia autoridad; en este punto, dejen que se cumplan los periodos de prueba, y si usted revisa el cronograma de funcionamiento está para mayo de este año y lo que quieren es adelantar a marzo.

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¿Entonces sería forzar la operación del Metro en marzo?

Me parece que están forzando.

¿Qué recomendaría?

Que sigan con lo que está en el contrato; nos hubiera gustado en diciembre en las fiestas, pero ya no se hizo, y por terminar y salir en la foto van a poner en riesgo al sistema más importante de movilidad de la ciudad, que se dañe un tren sería inconcebible y peor que ocurra un incidente con la ciudadanía.

¿Usted va a realizar una petición formal a la empresa o al alcalde para que deje el Metro ahí?

Sí, mientras no llegue al 14 de mayo no soy una autoridad en el ejercicio de funciones; en este momento, soy una autoridad electa, por lo tanto ellos toman las decisiones; pero sí como autoridad electa le puedo decir creo que no es conveniente que adelante el cronograma que está establecido para las pruebas de rigor y poner a punto el sistema.

¿Y cuál es el tercer tema?

El llamamiento y establecimiento de la mesa de inversiones de Quito con cerca de $ 6.000 millones y hay que ver cuál de esa inversión debe empezar a caminar.

¿Cuál es su equipo para dar cumplimiento a su plan?

Tengo muchos nombres en análisis, ningún nombre definido y cuidado que haya personas que digan que hablo a nombre del alcalde electo; pero sí hay criterios, por ejemplo, del equipo de mando de la Alcaldía el 50 % será hombres y el 50 % mujeres; y yo pertenezco a una organización y esta es político-partidaria, pero el orden del prioridad para poder asumir un puesto en la ciudad serán la capacidad técnica y la entrega a la ciudad; lo político es importante, pero quedará en segundo plano.

¿Pero usted tendrá que ir al reparto de puestos para poder tener mayoría en el Concejo?

No, si toca el reparto es preferible que la ciudadanía me diga señor alcalde, gracias; y esto lo digo a los concejales, y les invito a que dejemos claros los puntos de consenso y disenso; pero les pido de favor que juntos definamos las cinco prioridades de Quito. A mí me verán construyendo consensos, no pactos; me verán consolidando acuerdos, no prebendas ni cediendo a chantajes.

¿Cómo va a cobijar las otras propuestas que presentaron once candidatos a la Alcaldía y algunos de ellos lograron espacios en las concejalías?

Mi plan de trabajo no está terminado, siempre faltará una hoja, porque hay ideas importantes por fuera de nuestro marco, así como en el equipo de trabajo, porque siempre habrá alguien con alguna experticia mayor; por lo tanto, algunas propuestas sobre modernización del aparato municipal me parecen importantes, aunque otras son pura demagogia.

¿Con quiénes sería más factible hacer mayoría en el Concejo?

Soy un hombre que viene de la política y tengo una posición ideológica, pero mi primera predisposición es hacer mayoría con quienes quieran hacerle bien a la ciudad; los que llegaron solo para el acomodo o sacar puestos para que su organización política no se cierre conversaremos, pero priorizaré con quienes quieren contribuir a la ciudad.

¿Usted ve difícil la gobernabilidad con la integración de este Concejo?

Espero que no, pero siempre hay que tener cuidado, pero siempre intentaré tener altos niveles de consenso.

¿Usted insistirá en que el actual Concejo apruebe la ordenanza para que los nuevos concejales no se disputen la administración de empresas públicas municipales?

He hablado al concejal Luis Reina y es algo que le voy a pedir al alcalde Santiago Guarderas que por favor dejen aprobando que los concejales no sean miembros de los directorios de las empresas públicas, porque debilita su papel de fiscalizadores, pues terminan siendo juez y parte.

Si los concejales no van a las empresas públicas o secretarías, ¿quiénes ocuparán esos puestos?

Las personas técnicas definidas para el caso. Pero si un concejal me dice que tal persona es experto en materia de gestión de residuos sólidos, cómo no analizar esa sugerencia.

En esos espacios, ¿cuál será el porcentaje o la cuota que tendrá el movimiento Revolución Ciudadana?

Ni me lo he planteado, si son competentes será el 100 %, si no hay competencia será el 0 %.

¿Cómo medirá esa competencia?

Con la experiencia.

¿Competencia o lealtad a la Revolución Ciudadana?

Si la ecuación puede darse habrá que priorizar, porque nosotros en la Revolución Ciudadana tenemos gente muy competente y capaz.

¿Usted se siente capaz de administrar la ciudad?

Sí, pero de todas maneras siempre necesitaré el apoyo de alguien; me siento capaz sí, pero no el todopoderoso o todólogo.

¿En qué tiempo tendremos los primeros resultados de su administración?

Lo antes posible, los primeros tres meses me servirán para consolidar el equipo y poner la casa en orden, dar un diagnóstico de la ciudad y derivaré los temas de fiscalización al Concejo y a los órganos pertinentes, pero no me verá quejándome, a mí me interesa ser un solucionador de los problemas de Quito.

¿En el tema de transición y fiscalización cómo van a operar?

En tema de la transición me voy a poner de acuerdo con Santiago Guarderas, el alcalde saliente, para que juntos definamos la metodología y los dos nos pondremos de acuerdo.

¿Y la fiscalización?

La fiscalización se hará, pero no haré una fiscalización en favor del espectáculo y el show, sino en favor de los intereses de la ciudad, por lo tanto, en el momento que no esté claro derivaré para que eso continúe su ciclo, pero en el mes cuarto me verá hablando de las soluciones, en el sexto mes también y faltando tres días para que se cumplan los cuatro años de ejercicio me verá hablando de las soluciones.

¿Va revisar los contratos que han sido parte de escándalos e irregularidades?

Sí, pero la ventaja es que el termómetro para definir un buen y mal contrato son los intereses de la ciudad; si los intereses de la ciudad están afectados por un contrato, ese contrato es malo; si los intereses de la ciudad no se ven lesionados, pasa la prueba.

Con su elección, el correísmo regresa a tomar el control de la ciudad casi a la década; ¿cuál cree que fue la causa?

Creo que las últimas elecciones son la combinación de la bronca de lo que ha venido aconteciendo en los últimos años y eso se expresó en la palabra No, y las elecciones son la nostalgia de lo que en algún momento le dio mejores condiciones de vida en la ciudad. Yo todavía estoy asimilando nuestra victoria en Quito.

¿Usted no esperaba esa victoria?

La sentía, pero no en la dimensión tal vez no la esperaba.

¿Usted cree que la victoria es el cúmulo del descontento y el desencanto?

Sí, en términos de sentimientos las elecciones develan dos cosas: bronca y esperanza.

¿Cuánto va a pesar en su administración Rafael Correa?

Lo que tenga que pesar, en primer lugar está fuera del país; es guayaquileño, no es quiteño; está muy pendiente de lo que pasa en el país, más de lo que pasa en la ciudad; yo tomaré contacto y le pediré en lo que fuera necesario.

¿Será un consejero, no tomará decisiones por usted?

El alcalde de Quito soy yo, el presidente vitalicio de la organización política es Rafael Correa, ambos somos compañeros, nos respetamos mucho y es como cuando yo le podía decir ‘mira, Rafael, creo que por aquí deberíamos ir y no por acá' como compañero, pero él tomaba la decisión. Y también, en algún caso me podrá decir como compañero ‘creo que la cosa puede ir por aquí o por acá'; pero es el respeto de compañeros el que nos nutre mutuamente.

¿Usted tendrá autonomía en la toma de decisiones?

Total, hay que desprejuiciarnos. Hemos acumulado en estos últimos años muchos prejuicios. Cuántas veces hablé con Rafael en campaña creo que dos, pero claro, preocupado cómo me va, como un amigo más aun tratándose de un líder. Siempre lo he dicho, los actores políticos niegan a Rafael Correa, pero en campaña la gente extraña su gestión.

Estos actores políticos a los que se refiere usted advierten que el triunfo electoral del domingo significa el retorno del correísmo, ¿qué cree usted?

Significa el deseo ferviente de la ciudadanía de que vuelva el buen vivir, el entendimiento de lo público de que la salud y la educación no son un privilegio, sino que son derechos. (I)