Roberto Izurieta: Las redes sociales facilitan la polarización; el sistema electoral tiene que construir un lugar de encuentro

El catedrático, analista político y director de Proyectos para América Latina en la Escuela de Gerencia Política (GSPM) de la George Washington University (GWU), Roberto Izurieta, visitó Ecuador en el marco de un seminario de comunicación política que se realizó en Guayaquil a fines de octubre. El consultor, con más de 30 años de experiencia, conversó con EL UNIVERSO y compartió su visión sobre los retos que la pospandemia está provocando a la hora de hacer política.

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¿Cómo cambió la pandemia de COVID-19 la forma de hacer política y campaña electoral?

Partamos por el hecho de que la pandemia cambió al mundo; y la pospandemia, también. Las consecuencias han sido enormes: económicas, ruptura de las cadenas de suministros, inflación, agravado todo por la invasión rusa a Ucrania; pero la tecnología nos permitió tener vacunas en tiempo récord, y Ecuador fue pionero en la vacunación. Pero, como decía un artículo que leí, había que esperar a la pospandemia, que no deja de ser un proceso de ajuste de una situación complicada. Y todo lo que he descrito son cosas de fondo, y las cosas de fondo se reflejan en la política, que no es ajena a la realidad. Y, entonces, podemos decir que efectivamente todo ha cambiado y muchísimo.

En política, uno de los principales cambios fue el uso redes sociales para hacer campaña. ¿Cree que esto debe seguir así o hay que buscar un equilibrio con los mítines y el contacto puerta a puerta con la ciudadanía?

No estoy tan de acuerdo. Por ejemplo, las campañas anteriores, las que se dieron en los últimos dos años, las que se dieron cuando no teníamos vacunas y estábamos en medio de altas restricciones, esas campañas fueron un mayor reto, y se adaptó la mayoría de ellas. Ahora siguen adaptándose, aunque es un reto menor. Pero, de nuevo, la pandemia, el desarrollo de la tecnología y las redes sociales han cambiado todo, y el reto en la vida es adaptarnos, y los seres humanos tenemos una enorme capacidad de adaptarnos, que también es un reto constante. Sin embargo, hay cosas fundamentales que nunca van a cambiar (...), como el abrazo, el mirarse a los ojos, el sentirse cerca y la solidaridad.

En el caso de las elecciones seccionales que Ecuador tendrá el próximo 5 de febrero, ¿es correcto decir que la forma de hacer campaña es diferente a la de una elección general? ¿Qué deben hacer los candidatos?

Sí, completamente de acuerdo, y en ninguna campaña la mentira es una opción. Los que aspiran a ser autoridades locales deberían ser una respuesta más cercana y mediata a los problemas cotidianos de la gente. Es cierto que las elecciones regionales, locales, tienen menos interés que lo que puede concitar una elección nacional, pero no por eso son menos importantes. Yo soy muy crítico, y creo que las leyes y sistemas electorales tienen que estar diseñados para permitir que eso se dé, sobre todo considerando dos variables.

¿Y cuáles son estas variables por considerar para tener mejores procesos electorales?

El debilitamiento de los partidos políticos como una intermediación entre las sociedades y la Administración y la gestión; y el desarrollo de las redes sociales. Si no desarrollamos mecanismos o procesos que sean mucho más constructivos, esos retos solo van a incrementarse (...). Hay que reconocer que las campañas son necesarias y deben ser buenas, al igual que los debates. Soy de los que creen, basado en 30 años trabajando en la comunicación pública y política, que es necesaria la preselección que antes hacían los partidos en elecciones primarias verdaderas. En varios países se la está aplicando, y lo que se busca es que las elecciones no sean un acto aleatorio. Además hay que tener en cuenta que en las redes sociales se facilita la polarización, los extremos, pero el sistema electoral tiene que disminuir su poder e influencia y construir un lugar de encuentro, el centro. No podemos tener, ante el desarrollo de las redes sociales, sistemas que contribuyan a que la polarización sea mayor.

Justamente para esta próxima elección, el Consejo Nacional Electoral realizará 38 debates electorales obligatorios en los que deben participar los candidatos a prefectos y alcaldes de 17 provincias. ¿Considera que es correcta esta iniciativa?

Claro, eso no es malo. Pongo como ejemplo los casos de Iván Duque en Colombia o de Barack Obama en EE. UU.: ellos participaron en decenas de debates antes de ganar elecciones. Por eso, insisto en que es necesario tener un diseño que nos ayude a neutralizar la polarización y esa aleatoriedad que vemos en las elecciones. (I)