Como un hombre generoso, de mente brillante, energía incansable y amistad sincera describen familiares y amigos a Juan José Vivas Wagner, empresario y exfuncionario de varios gobiernos, quien falleció el 27 de junio pasado, a los 71 años.

Vivas Wagner inició su carrera de servicio público en los años setenta, a los 18 años, como colaborador de su tío, Jaime Nebot Velasco, quien fue ministro de Gobierno del cinco veces presidente de la República, José María Velasco Ibarra.

Su familia cuenta que fue así como encontró su vocación de servicio al país. Por ese entonces él estaba buscando una beca de estudios en Quito, pero lo dejó de lado para trabajar con Nebot Velasco.

Publicidad

Paciente recuperó su salud tras ser desahuciado en clínica de Guayaquil

En el gobierno de León Febres-Cordero fue funcionario de la Gobernación del Guayas como coordinador y luego fue inspector regional de la desaparecida Inspectoría General de la Nación

Fue nombrado presidente de la extinta Comisión de Tránsito del Guayas durante el Gobierno de Sixto Durán-Ballén.

También fue secretario general de la Presidencia en el mandato de Gustavo Noboa Bejarano.

Publicidad

Otra de sus facetas destacadas fue la de empresario. Desde los 20 años incursionó en el negocio de las exportaciones de pesca; en el sector se le reconoce el hecho de haber abierto nuevos mercados para el país. Este espíritu pionero fue una constante en su vida empresarial.

Además abrió un restaurante de mariscos llamado Juan Salvador Gaviota. Sus clientes lo recuerdan como uno de los sitios más exclusivos y emblemáticos de Guayaquil, en cuya atención Vivas reflejó su calidez y hospitalidad por más de dos décadas.

Publicidad

La crianza de caballos peruanos de paso fue una pasión que compartió en familia y con amigos de todas partes del mundo, relatan sus allegados. Fue el primer ecuatoriano en ganar un Concurso Nacional Peruano con un caballo criado por él mismo.

Falleció el empresario guayaquileño Juan José Vivas Wagner

En el plano social, el empresario destacó por su apoyo a fundaciones como Educar en Cristo y otras instituciones sin fines de lucro; y ayudó a edificar iglesias y centros de ayuda.

En su hoja de vida constan varios reconocimientos, entre ellos, un Certificado de Apreciación del gobierno de Estados Unidos y la declaratoria de Ciudadano Ilustre del Municipio de Loja; condecoraciones de “agradecimiento y reconocimiento” por su labor en la educación de niños y jóvenes de diversas provincias del país, y su trabajo de ayuda a la Policía Nacional, así como ceremonias especiales de grupos indígenas.

Sus familiares recuerdan que a los 39 años Vivas sufrió un infarto que transformó su vida; años después estuvo a punto de morir a causa de una neumonía de la que pudo recuperarse. En esos momentos, comentan, mostró su valentía, su perseverancia y su entereza ante los problemas.

Publicidad

Le sobreviven su esposa, Carmen Hilbron de Vivas, y sus hijos Juan José Ignacio y María del Carmen. (I)