El 22 de enero de 2024, Jorge G. asesinó a su expareja apuñalándola 58 veces con un cuchillo en una vivienda ubicada en el sector Tierra Blanca de la vía Loja-Cuenca. El hombre, luego del crimen, intentó suicidarse tomando veneno.

La mujer se había separado de Jorge G., pero este insistía en retomar la relación. Allegados a la víctima indicaron que durante los diez años de relación había sido agredida física y psicológicamente de forma constante.

El Tribunal de Garantías Penales, en su sentencia, señaló que la Fiscalía probó que existió una relación de poder sobre la víctima y por esa razón se dictó una sentencia condenatoria en contra del victimario de 34 años con ocho meses de pena privativa de libertad por el femicidio de su exconviviente.

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La Fiscalía indicó que se ordenó el pago de una multa de 1.000 salarios básicos unificados y la reparación integral que incluye el pago de $ 176.000 a favor de los familiares de la víctima.

Como principales pruebas, Fiscalía presentó el testimonio de la hija de la víctima y de un amigo. También se presentó el informe de reconocimiento del lugar de los hechos y levantamiento de evidencias, el acta de levantamiento del cadáver y el informe de autopsia (que determinó que la muerte violenta fue a causa de 58 heridas ocasionadas con arma cortopunzante).

Fiscalía detalló que las pruebas fueron valoradas por los magistrados para dictar una pena agravada, debido a que, según lo manifestado en la sentencia, se comprobó que el agresor actuó con el afán de causar el mayor dolor y daño posible. Además de que las acciones del victimario pretendían evitar que la mujer elija libremente con quién y cuándo mantener cualquier tipo de relación. (I)