La captura de Ismael El Mayo Zambada García, uno de los líderes más prominentes del cartel de Sinaloa, se ha vuelto un tema de relevancia al hablar de la lucha contra el narcotráfico a nivel global.
Zambada, de 76 años, fue detenido el 25 de julio junto con Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, en una operación encubierta llevada a cabo por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
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Esta acción, que ha resonado en todo el mundo, podría tener repercusiones importantes en Ecuador, un país que ha visto una creciente influencia de los carteles mexicanos en sus propios grupos delictivos organizados (GDO).
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Ismael Zambada, cofundador del cartel de Sinaloa, ha sido un objetivo prioritario para varias agencias de inteligencia y fuerzas del orden de diferentes países, incluyendo Ecuador.
En abril de este año, como parte de la estrategia del Plan Fénix, el Gobierno ecuatoriano había incluido a Zambada como uno de los objetivos de primer nivel.
La captura de Zambada no solo representa un golpe al cartel de Sinaloa, sino que también genera incertidumbre sobre el futuro de las operaciones delictivas en la región.
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El viceministro de Seguridad Pública del Ecuador, Fausto Íñiguez, explicó que la captura de un líder de un cartel o de un grupo delictivo organizado (GDO), como Zambada, sí puede generar influencias en el país.
“Cuando un líder de estos carteles o de los GDO es capturado, siempre se empiezan a fraccionar los grupos delictivos y eso a veces incluso puede ocasionar mayor violencia”, señaló Íñiguez.
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Agregó que esta fragmentación puede llevar a luchas internas por el poder, lo que podría aumentar la violencia tanto en México como en otros países afectados por la operación de estos carteles, incluyendo Ecuador.
En Ecuador, las estructuras delictivas que dependen del apoyo económico de los carteles mexicanos podrían enfrentar serios desafíos.
Íñiguez dijo que la fragmentación de las cabecillas delictivas tiende a generar violencia y luchas de poder por los territorios.
Esto representa un riesgo significativo para la seguridad interna del país, que ya enfrenta problemas de narcotráfico y crimen organizado.
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Íñiguez agregó que la situación exige una respuesta coordinada y efectiva de las fuerzas de seguridad y de la inteligencia ecuatoriana para prevenir un aumento en la violencia y la desestabilización en las zonas afectadas.
La influencia de los carteles de Sinaloa en Ecuador no es un fenómeno nuevo. Las provincias ecuatorianas que han tenido contacto directo con estos carteles podrían ser las más afectadas por la captura de Zambada.
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Según Íñiguez, estos grupos delictivos organizados funcionan como la “mano de obra barata” para los carteles, ayudando a traficar drogas hacia Europa. La detención de Zambada podría desestabilizar estas operaciones y provocar una lucha interna entre los grupos delictivos locales que trabajan para los carteles mexicanos.
Aunque no está confirmado si Ecuador contribuyó directa o indirectamente a la captura, Íñiguez señaló que “México, Colombia, Estados Unidos tendrán algo que ver ahí”. Esta cooperación internacional es vital para enfrentar la amenaza del narcotráfico y desmantelar las redes delictivas que operan a nivel transnacional.
Ante esta nueva amenaza, se prevé que las autoridades ecuatorianas intensifiquen sus esfuerzos en la vigilancia de fronteras, puertos y aeropuertos, también deberán fortalecer la inteligencia para identificar y neutralizar las amenazas emergentes. (I)
