Transcurría la mañana de este viernes, 12 de enero, en las calles Colón y la Octava, suroeste de Guayaquil, y el ambiente era el rutinario: los negocios recibían a la clientela luego de una suspensión temporal obligada por los ataques violentos perpetrados el martes 9, que motivaron la declaratoria de conflicto armado interno a nivel nacional.

Con ello, el presidente de la República, Daniel Noboa, dispuso a las Fuerzas Armadas neutralizar a los grupos del crimen organizado transnacional.

Veintidós de estas bandas delictivas han sido identificadas como organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes, según el Decreto Ejecutivo 111.

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En ese contexto, alrededor de las 10:20 de este viernes, un contingente militar llegó al sector de la calle Colón y la Octava para ejecutar operativos de control de armas, municiones y explosivos (Camex).

Los uniformados detuvieron la marcha de motociclistas, conductores de vehículos con vidrios polarizados y de buses urbanos.

La inspección de cada uno era rápida. Y en dos casos los militares decomisaron un cuchillo de uso doméstico y dosis de marihuana. No hubo detenciones.

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Al ver el accionar militar, vecinos como Elizabeth Cadena, quien hacía compras en una tienda, aplaudieron. Con ella, otros moradores gritaron vítores en favor de los uniformados.

“Con ustedes esto se tiene que mejorar”. “¡Bravo, sigan así que el pueblo se los agradece!”, gritaba la gente con gestos de gratitud, mientras decía que la presencia de los militares contribuye a la percepción de seguridad en una ciudad que como Guayaquil ha sido azotada por al violencia criminal.

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En los buses urbanos se están realizando operativos. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni

Y ese agradecimiento tuvo acciones concretas: en la Sexta, entre Colón y Alcedo, el dueño de una picantería entregó a los uniformados un balde de encebollado.

Los militares se alimentaron rápidamente y continuaron su labor por la calle Ayacucho, conocida por acoger a muchos almacenes de repuestos de automotores, algunos de estos negocios han sido blanco de los extorsionadores, también conocidos como vacunadores.

Allí, Jhonny Copiano les dio a los uniformados botellas de cola, producto que compraron con otros comerciantes que dijeron estar organizándose para mantener esa contribución con la fuerza pública.

“Debería haber sido esto mucho antes. En estos tres, cuatro días se ha sentido el cambio, al menos aquí en Guayaquil, por la zona de acá. Esperemos que siga esto con el presidente (Daniel) Noboa, que ha tenido los pantalones bien puestos de darles la oportunidad a ellos (militares), que deberían hace rato haber estado aquí para no estar en esto que estamos ahora”, expresó el hombre.

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Otros operativos Camex se ejecutaron en paralelo en Guayaquil en sectores como Monte Sinaí, Guasmo e isla Trinitaria. (I)