En Durán la delincuencia no da tregua y eso lo dicen tanto en el centro del cantón (en el sector cercano a la sede del Municipio, que ha sido blanco de ataques con explosivos) como en la periferia, donde las calles son polvorientas, llenas de zanjas con maleza, y hay taxistas que no quieren entrar porque conocen de la violencia que impone la pugna entre bandas delictivas por territorio, para delitos como el expendio de drogas y el cobro de extorsiones o ‘vacunas’.