Cuando se planta un árbol, sus raíces permanecen bajo tierra. Pese a que nadie las vea, están presentes mientras las ramas siguen creciendo y avanzando hacia lo alto en diversas direcciones. Con esa metáfora, Marco Orozco Castellanos, de 34 años, recuerda la relación de profundo amor y sentimiento de pertenencia que mantiene con Ecuador, el país donde nació.