En el mercado local es posible encontrar cámaras de seguridad desde $ 10 hasta $ 150 y los bajos precios, más la incidencia delictiva en Guayaquil, han generado que en los últimos años miles de personas instalen en sus casas y negocios equipos de videovigilancia que les permitan monitorear qué sucede cuando no están.

En ocasiones han captado robos, balaceras, asesinatos y secuestros que día a día se viralizan y que han permitido identificar a los responsables y su captura.

Publicidad

Andrés, quien trabaja en Electrónica Castro, un local de la calle Venezuela, indica que todos los días llegan clientes que piden asesoría para comprar e instalar los equipos ellos mismos.

‘Mis hijos y la empleada vieron a los ladrones por las cámaras, corrieron a encerrarse en el baño y me llamaron desesperados’: en Los Ceibos hay alerta por ingreso de antisociales en viviendas

Solo se necesita una conexión a internet y con un taladro hacer un par de perforaciones y atornillar los equipos a la losa o a la pared.

Hay también algunas que se colocan en repisas y que tienen formas diferentes, no parecen una cámara.

“Los que tienen hijos pequeños también las usan para los dormitorios de los niños, para vigilarlos mientras duermen y cuando están al cuidado de otra persona”, señala el trabajador, que tiene cinco años vendiendo estos equipos.

Publicidad

Explica que regularmente se instalan cámaras en la parte frontal de la casa, en el patio y en áreas comunes, como sala y comedor. Andrés agrega que desde el celular pueden monitorearse en tiempo real hasta cinco cámaras, se lo hace mientras a través del teléfono se revisa qué pasa en su casa y hasta se le habla a su perro.

Desde 10 a 150 dólares puede costar cada cámara. Hay desde las más sencillas hasta equipos con tecnología infrarroja que emiten alertas. Fd Ronald Cedeño  Foto: Ronald Cedeño

“Las de marcas reconocidas cuestan $ 50 cada cámara, pero también hay marcas chinas que con $ 100 una familia puede adquirir cuatro cámaras y los implementos. La instalación la asume el comprador”, afirma el trabajador de Electrónica Castro.

Con los equipos, él recomienda adquirir memorias, una de 64 G permite almacenar hasta dos semanas de grabaciones. Aunque hay equipos más sofisticados que permiten comprar espacio en la nube, dice.

En el mercado hay cámaras para patio que tienen luces ledes y que se encienden cuando alguien pasa. Este equipo vale $ 148. También se ofrecen las cámaras en forma de foco que se ponen en la boquilla regular y que graban siempre y cuando el interruptor se mantenga encendido; este equipo cuesta $ 24 y pasa desapercibido.

Otras de las cámaras que más venden en los locales de la calle Venezuela son las Dashcam o cámaras para carros. Hay una sencilla a $ 57 y una Dashcam doble (graba la parte frontal y el interior del vehículo) por $ 147.

Este vendedor calcula que al menos siete de cada diez casas de Guayaquil ya tienen cámaras instaladas y cada vez más conductores se animan a poner equipos de videovigilancia también en sus carros.

Hasta $ 300 paga una familia en ciudadelas para cerrar peatonales y poner cámaras que se costean con ‘alícuotas’

Señala que a su trabajo llegan sobre todo personas que viven en sectores conflictivos, como el sur, suburbio y noroeste de Guayaquil. También señala que van muchos compradores de cantones cercanos, como Durán.

John Garaycoa, de McSecurity, refiere que el interés por las cámaras ha tenido un incremento en los últimos años. Menciona que su cartera de clientes ha subido en al menos un 50 % en el último año solo por la venta de cámaras.

Cuenta que el paquete que adquieren los clientes depende del tipo de lente de las cámaras, si tienen zoom o no, si permiten monitorear audio, si son cámaras diurnas, nocturnas o infrarrojas; si es para interiores o exteriores, si son cámaras giratorias, si cuentan con bluetooth y wifi. Hay cámaras hasta con reconocimiento facial.

McSecurity ofrece un kit de cuatro cámaras HD-720p. Este paquete incluye disco duro de un terabyte, también 15 metros de cable por cada cámara y cuesta $ 500, pero el precio incluye la instalación de los equipos.

“Los asaltantes normalmente se llevan el DVR para no dejar evidencia visual, por eso una buena instalación implica poner el DVR en un gabinete o respaldar en la nube la información para que no se pierda”, comenta Garaycoa.

El empresario manifiesta que no solo la venta e instalación de las cámaras es lo más requerido ahora, sino también el monitoreo de estos equipos, lo que se da principalmente en empresas que quieren mejorar la productividad y que hasta instalan cámaras ocultas que pueden ir en cuadros y paredes. Cuestan $ 150 cada una.

Además, hay cámaras infrarrojas que se instalan en camaroneras o bananeras y detectan el calor humano en medio de la oscuridad.

El monitoreo puede costar entre 500 y 2.000 dólares.

Las bandas pagan 20 dólares a los menores de edad para destruir las cámaras de Nueva Prosperina

En algunos locales se ofrecen también cámaras que emiten una alarma que llega al teléfono si detectan algún movimiento. Estos equipos cuestan desde $ 46. Si son cámaras rotatorias valen hasta $ 170.

Garaycoa aclara que los equipos no son eternos, que algunas cámaras duran dos años porque están a la intemperie y que hay que reemplazarlas.

Otras, en cambio, hasta son vandalizadas, como ha pasado ya con cientos de equipos de videovigilancia tanto privados como públicos. (I)