Sara, con 7 años, era una niña alegre, que se animaba al bailar y se mostraba extrovertida. Han pasado tres años y su semblante es distinto. Se muestra temerosa, sufre pesadillas, ansiedad fóbica y estrés postraumático. No puede estar sola y expresa su pánico por situaciones que para otros podrían ser comunes, como la presencia de un insecto.