Las costumbres pueden diferir en distintas localidades. Por ejemplo, aún se mantiene la costumbre de lanzar los zapatos viejos de lona para dejarlos colgantes en el tendido de cables eléctricos de muchas barriadas, aunque esta situación tiene muchos detractores, especialmente por el riesgo que representa.

En Guayaquil, aunque sin el exceso de antaño, el ritual continúa y son los jugadores del índor callejero, en su mayoría, los que al notar que sus zapatos ya se muestran inservibles los sacrifican para que queden colgando a la vista del curioso transeúnte.

No obstante, con el paso del tiempo y creación de nuevos espacios para la práctica deportiva, la costumbre ha empezado a desaparecer.

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Esta práctica también existe en otras ciudades ecuatorianas y extranjeras, aunque puede encerrar significados diferentes: realización de una boda, nacimiento de un bebé, fin de un servicio militar y, lamentablemente, también por la delimitación del territorio de bandas urbanas.

Sobre el último punto, la ciudad de Quito es donde se han empezado a conocer estos mensajes en zonas donde en tiempos recientes se han registrado sucesos delictivos.

En la capital, para determinar el significado de los zapatos en cables de servicio de telefonía, internet o de energía es necesario observar a detalle, según explica La Hora.

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Según el medio capitalino, si los zapatos están unidos por sus cordones al colgar del cable, significa que en ese barrio se vende droga. En cambio, si los cordones cuelgan del cable pero tienen más de un nudo, significa que hay una banda que ha marcado su territorio.

Si hay más de un par de zapatos quiere decir que las bandas locales fueron reclutadas por una más grande. Pero además pueden ser utilizados a manera de tributo. “Si el líder de una banda es asesinado se colocan sus ‘tillas’ (zapatillas) en el barrio donde está su gente. Pero, al contrario, si matan a alguien no ponen sus zapatos en los cables; ¿por qué van a querer tenerlos ahí?”, indicó al medio capitalino una fuente que dijo tener conocidos que controlan el microtráfico en el sur de Quito.

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Violencia en la capital

En Solanda, en el sur, se dio un brutal ataque armado la noche del domingo 18 de agosto, suceso que dejó tres jóvenes fallecidos y dos más heridos.

Según Paola Suárez, jefa del distrito Eloy Alfaro de la Policía Nacional, la zona necesita una intervención urgente de todas las entidades gubernamentales, ya que la violencia ha alcanzado niveles insostenibles.

En lo que va de 2024, el distrito Eloy Alfaro registra 29 muertes violentas”, informó Suárez.

Los habitantes de Solanda se sienten desprotegidos. La falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades ha generado un sentimiento de frustración entre los vecinos, quienes ven cómo su barrio se ha sumido en la criminalidad.

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A pesar de la violencia que los rodea, los residentes siguen buscando formas de mantener una vida normal. No obstante, la constante amenaza de ser víctimas de delitos ha cambiado drásticamente la forma en que viven y trabajan. (I)