Jandri Coloma Véliz, de 16 años, y Ángel Murillo Carriel, de 29, fueron asesinados al estilo sicariato entre la noche de ayer y la madrugada de este sábado, 3 de junio, en Quevedo y Babahoyo, respectivamente.

El primer crimen ocurrió a las 21:00 de ayer, cuando el menor se encontraba en el portal de una farmacia ubicada en el exterior del hospital Sagrado Corazón de Jesús, en Quevedo (Los Ríos).

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Fueron más de diez balazos los que se escucharon y alarmaron a los pacientes, médicos y familiares que permanecían en el hospital, al que fue ingresado el adolescente, pero los médicos solo confirmaron el deceso.

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Una de las hipótesis de la Policía es que la muerte violenta se desencadenó por una discusión ocurrida minutos antes por un accidente de tránsito registrado en la avenida Walter Andrade, cerca de la gasolinera La Chiquita.

Naideliene, de 20 años, hermana del fallecido, dijo a la policía que en la avenida Walter Andrade un amigo de ellos sufrió un accidente y que su hermano fue testigo; ellos lo habrían acompañado al hospital.

Luego, Jandri salió a comprar agua oxigenada para su amigo y, mientras permanecía en la farmacia, fue acribillado por unos sujetos que estaban esperándolo, contó ella.

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Testigos del crimen indicaron que los asesinos se movilizaban en un vehículo alto de color negro, del cual se bajaron dos hombres que dispararon contra el adolescente.

En el sitio de la muerte violenta, los agentes decomisaron doce indicios balísticos de calibre 9 milímetros.

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Mientras que en la esquina del hospital de Babahoyo fue asesinado Ángel Francisco Murillo Carriel. Foto: El Universo

Tres horas después, a las 00:10 de hoy, en la avenida 9 de Octubre, en la esquina del hospital Martín Icaza de Babahoyo, Ángel Murillo Carriel fue baleado.

Testigos indicaron que sicarios le dispararon en la cabeza y tórax.

Durante la balacera, Carlos Jacinto R., de 22 años, resultó herido con un disparo en el lado izquierdo del tórax y otro en el abdomen.

Cuerpo baleado y en estado de descomposición fue hallado flotando en el río Quevedo

Johanna Benítez, conviviente del fallecido, indicó que estaban en la esquina del hospital Martín Icaza, hasta donde habían llegado para saber del estado de salud de un amigo que horas antes había sido herido con disparos, cuando se les acercó un hombre que usaba gorra y mascarilla.

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Ella explicó que el sujeto sacó un arma y le disparó a Ángel Murillo por varias ocasiones, y que ella, al escuchar los disparos, se tiró al piso sin poder observar por dónde se escapó el criminal. (I)