Los rayos solares golpeaban intensamente sobre cascos, capuchas, uniformes y armas que portaban siete marinos que zarparon la mañana del lunes anterior a bordo de una lancha guardacostas acoderada en la Base Naval Sur de la Armada Nacional, cuyo aniversario 83 del combate de Jambelí y de su día clásico se recuerda este 25 de julio.

Entre el verdor del manglar, tres de ellos se acomodaron en la parte trasera, otro en medio va observando y dirigiendo los controles y otros dos se encargan del manejo de la lancha.

A los pocos minutos de haber iniciado el recorrido aparecieron gigantes buques acoderados en zonas portuarias del Guasmo e isla Trinitaria, mientras otras pequeñas embarcaciones cruzaban y parecían diminutas.

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En la aparente tranquilidad de un canal de manglar, un oficial interrumpió el viaje para alertar rápidamente que se detenga la marcha a una lancha que venía en dirección contraria, con un motor de 75 hp (caballos de fuerza). Al acercarse a la nave se percataron que iban cinco personas, entre adultos y jóvenes.

“Por favor, de uno en uno se levantan y vienen acá, vamos a hacer un chequeo”, les dijo un oficial hacia ellos. Inmediatamente, cada uno pasó a la embarcación y dos marinos realizaron la revisión corporal y otro chequeó los artículos que trasladan en la embarcación.

En la revisión se percataron que no llevaban ningún artículo prohibido y corroboran con la central de monitoreo que la documentación de la embarcación está en regla.

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El que comandaba la embarcación les hizo consultas sobre su procedencia y además les preguntó si observaron alguna situación en su recorrido. Un hombre de tez morena apenas les dijo que dedicaba al cuidado de una camaronera. Luego de no hallar novedades, se les pidió continuar su viaje.

Avanzando la marcha, en otra área cercana a un puerto marítimo de la isla Trinitaria, al menos dos buques estaban acoderados, uno de ellos con una lancha de seguridad privada.

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Ahí, nuevamente los guardacostas hicieron señales a un par de hombres encapuchados que se trasladan en una pequeña embarcación, en cuyas costados se lee “custodia privada”. Se pidió la verificación de un arma larga, que resulta ser una escopeta, y además una subametralladora.

Los ocupantes se retiraron las gorras y pasamontañas, y se identificaron como guardias que se dirigían hacia una camaronera.

Chequeos a un grupo de personas que se movilizaba en lancha en el golfo.

“¿Tiene algo que no esté reglamentado antes de que sigamos revisando?”, les consultó el oficial que comandaba la nave y a esa pregunta le respondieron “creo que todo está en regla”.

En esta revisión se continuaron con chequeos de tanques donde los guardias guardaban ropa, alimentos y pertenencias personales, además de la documentación del armamento. También no hubo irregularidades.

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Desde la zona de cuarentena del canal principal, entre la boya 33 a la boya 70, en un espacio de unas 25 millas, además de otros canales del golfo de Guayaquil hasta llegar a Posorja, el Comando de Guardacostas (Coguar) de la Armada, junto a la Infantería de la Armada realizan patrullajes continuos para enfrentar la operación de actividades ilícitas, sobre todo de narcotráfico, tráfico de combustibles, asaltos, extorsiones e incluso recientes casos de secuestros.

El equipo de guardacostas se enfoca en gestionar las operaciones marítimas de vigilancia y control ante las actividades ilícitas, búsqueda y salvamento, y además de apoyo a otras entidades de Gobierno.

Durante el recorrido del lunes, en las riberas de barrios populares del sur porteño, se observaron personas instaladas en la orilla, en asientos y hasta en hamacas. Para los guardacostas, que no se identifican por temas de seguridad, estas personas podrían estar relacionados con actividades ilícitas a manera de informantes para alertar a los grupos sobre los movimientos que se realizan.

En el agua, el oficial a cargo del operativo señaló que regularmente detienen la marcha de grandes grupos de personas, cuando tienen motores grandes, actitud sospechosa y además vestimenta que no parecerían que acuden a realizar actividades reguladas, sobre todo de pesca.

En sus operaciones, ellos además se percatan de novedades que se presentan hacia las riberas sobre actividades ilícitas y también detectar lanchas no reguladas, muchas de estas con motores de alto poder, ubicadas en barrios populares y también entre el mangle. Estas situaciones llaman la atención de los uniformados.

A lo largo de las riberas de zonas populares del sur y riberas del golfo operan diversas agrupaciones delictivas como Lagartos, Lobos, Choneros, Mafia 18 y Tiguerones. Estos se dedican a distintos delitos como tráfico de drogas, extorsiones, robos, e incluso secuestros.

En al menos cuatro zonas del golfo de Guayaquil, el oficial comentó que se han detectado que pueden servir de acopio de droga a base de sus operaciones. En algunos casos, se han dedicado a comprar camaroneras, se presentan como fachada de esa negocio, pero se dedican a acopiar alcaloide e incluso reciben resguardo de empresas de seguridad reguladas, que le presentan armamento y logística para sus actividades.

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Entre los recientes resultados, la Armada logró la captura de un cabecilla de Los Lagartos que supuestamente extorsionaba a pescadores a cambio de no robarles. Sin embargo, a los pocos días quedó libre y retomó sus operaciones por orden de autoridades judicial. “Se cumple el trabajo, pero depende de otras autoridades continuar el debido proceso”, dijo el oficial.

Dentro de sus operaciones, solo este año, la Armada ha logrado el decomiso de 34 toneladas de droga en aguas jurisdiccionales. Esa cifra supera a todo lo decomisado en 2023 que hubo 26.

Entre el 2020 a 2024, las capturas de droga subieron diez veces más. En ese lapso suman 73 toneladas de droga, que deriva en un golpe a la economía criminal de $ 1.846 millones.

De lo decomisado, alrededor del 10 % ha sido incautado en zonas del golfo de Guayaquil, un porcentaje similar en Esmeraldas, un 30 % frentes a costas de Manta y 50 % en Galápagos, donde además hay apoyo de unidades guardacostas de mayor capacidad de autonomía y aviones de exploración.

El oficial sostuvo que el incremento puede atribuirse a una mayor producción de países vecinos y además la intensificación de operativos nacionales en cooperación con organismos internacionales.

En semanas recientes, tres personas fueron detenidas por trasladar 1,5 toneladas de droga cerca de las islas Galápagos.

Además, en lo que va del año, la Armada ha logrado la detención de 142 personas y 108 embarcaciones aprehendidas por actividades ilícitas.

Nuevas amenazas también afloran en los canales del golfo. Entre dos a tres casos de secuestros se han detectado en recientes meses. Entre esos, en junio anterior, un comerciante fue rescatado con apoyo de la Armada en la zona de Santa Ana, frente a barrios populares del sur.

“Es bien extenso el territorio, toda esta área por el estadio de Barcelona, Cristo de Consuelo, son lugares donde puede esconder a la gente y no hay señal, los pueden y ellos volver”, dijo el oficial.

La Armada tratar de cortar la logística de estos grupos en la zona. “El compromiso que tenemos es bastante fuerte, estamos enfocados en mitigar y eliminar estas bandas criminales para evitar que el país siga bajo la inseguridad”, remarcó el oficial del Coguar.

Uniformados de la Armada lograron recuperar al ciudadano secuestrado. Foto: Cortesía.

Por los controles intensificados en el golfo, según presume el oficial, estos grupos estarían buscando nuevos lugares para filtrar sus operaciones hacia otras zonas, una de esas zonas podría ser la zona de El Guabo (El Oro), donde en días recientes se han dado enfrentamientos armados y ataques de bandas.

A fin de enfrentar las amenazas del narcotráfico, otros equipos de la Armada se dedican a realizar visitas diarias en puertos marítimos para dar apoyo en tierra y además ofrecen el apoyo de resguardo para evitar contaminación en la salida de buques mercantes. (I)