El 8 de abril Mayra Giler, de 35 años, y su hija Judith Castañeda, de 18, partieron hacia México en el vuelo de las 06:00. Salieron del aeropuerto de Guayaquil, iban cargadas de sueños y con el dinero que faltaba pagar a los coyoteros para que las cruzaran a Estados Unidos.