La madrugada de este martes, 18 de abril, un hombre que caminaba por la calle principal del sector de Montebello, norte de Guayaquil, se llevó un susto al encontrarse en la acera con un taco de dinamita.

El artefacto habría sido lanzado desde un automóvil para amedrentar a los propietarios de un local comercial.

Propietarios de farmacias, tiendas, peluquerías, panaderías y hasta pequeños bazares ya han sido contactados por los extorsionadores, quienes empezaron dejando, hace casi tres meses, un panfleto en el que se identificaban como parte de la banda Nueva Generación.

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En el papel que fue entregado a los propietarios dice: “Plata o plomo”. Además está un número de teléfono al que piden comunicarse para que voluntariamente los dueños de los locales indiquen con cuánto van a colaborar.

Hace dos semanas, una peluquería de esa calle ya cerró sus puertas por las constantes amenazas, según contaron los vecinos.

El ataque de este martes fue contra una farmacia que está ubicada a dos cuadras de una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) del sector. Esa instalación, denunciaron los vecinos, permanece cerrada desde el año pasado.

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El resto de comerciantes no sabe qué hacer y pide a la autoridades trabajar para combatir este mal, que está acabando con la economía de barrios populares.

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Ellos además mencionaron que sale más barato pagar la vacuna (extorsión) que denunciar las amenazas, porque es un proceso largo y, en caso de que detengan a los vacunadores (extorsionadores), estos van a ser liberados en cuestión de semanas y van a querer vengarse.

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La extorsión es un delito que se replica en diversos sectores de Guayaquil, situación que, a más de causar zozobra, afecta la economía de los negocios.

Situación en Mucho Lote 1

“No me queda más que cerrar mi negocio. La vida es más importante”, dijo la dueña de un bazar de Mucho Lote 1, norte de Guayaquil.

Los vacunadores le exigen $ 3.000 mensuales y este martes le dejaron un taco de dinamita.

La dueña del negocio fue contactada el pasado jueves vía WhatsApp por una persona que le exigía el pago a cambio de no atentar contra su negocio, ubicado frente al Centro Municipal Polifuncional Zumar.

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Ella bloqueó el número, que, según su prefijo, es de Colombia.

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Este lunes, 17 de abril, nuevamente fue contactada desde otro número, dijo la mujer, a la que le advirtieron que se atenga a las consecuencias y le mandaron una foto de un taco de dinamita, el mismo que la mañana de este martes se encontró en el portal de su local.

Esto causó terror en los vecinos. Quienes viven cerca tuvieron que desalojar el barrio cuando llegaron los expertos antiexplosivos del Grupo de Intervención y Rescate (GIR).

Ahí los uniformados levantaron el explosivo y se lo llevaron.

Agentes de Criminalística revisaron cámaras de seguridad cercanas para dar con los atacantes.

“Yo ni en todo el mes hago 3.000 dólares. Uno gana cinco o diez centavos con cada venta. Solo alcanza para comer”, mencionó la mujer, apenada. (I)