La creatividad es la capacidad que tienen las personas de plasmar nuevas ideas, romper prenociones, preconceptos, salirse de lo marcado, de lo que está establecido, para crear e innovar. Es una mezcla de conocimientos, habilidades, destrezas que se pueden desarrollar o cultivar. La creatividad, la imaginación e innovación se constituyen hoy en día en valores en aumento en la sociedad actual.

Una estrategia de futuro es educar para desarrollar la creatividad en las personas. Estos tres pilares van siempre juntos y marcan la tendencia de supervivencia de las organizaciones e instituciones. Una empresa, organización que se acostumbre a reproducir su práctica de servicios y productos será reemplazada por aquella que innove, cree y ofrezca nuevos servicios y productos para enfrentar el actual mundo cambiante.

De ahí que la creatividad deba ir más allá de la educación y la cultura y ha de potenciar la capacidad humana de proponer soluciones creativas en los diferentes ámbitos de la realidad, que promuevan la innovación técnica, cultural y social.

El ser humano necesita innovar, ser creativo para poder progresar, pero para lograrlo se requiere un ambiente que propicie su capacidad creadora, como libertad de pensamiento, de expresión y de accionar, lo que enmarca a la creatividad como un fenómeno complejo, dinámico y procesal. Si no existen esta ansiada libertad y el ambiente propicio, las ideas creativas fácilmente se diluyen y fenecen de forma instantánea.

De ahí la importancia de que en nuestra sociedad el concepto de institucionalidad se replantee y se reinvente cambiando la rigidez del orden jerárquico que se mantiene y se acostumbra a través de protocolos burocráticos, procedimientos, ideologías e ideas dominantes, que solo conllevan a una reproducción de prácticas en todos los niveles.

Es necesario crear equipos interdisciplinarios y multidisciplinarios con la finalidad de que sus ideas fluyan, se valoren y se pongan en ejecución, para realizar nuevos descubrimientos a través de la imaginación, generar nuevos servicios y productos. Así también es importante salirse de la repetición y de la rutina neutral para innovar y generar una actitud creativa.

Esta actitud creativa se opone a la inercia, a la rutina, a la repetición, a la continuidad, a la misma forma de entender las cosas, las causas y efectos; precisa salir de los límites estrechos, ir más allá, abrir la puerta a la aparición de respuestas nuevas, revisar esquemas mentales, apreciar todo para poder analizar de mejor manera y tomar estrategias claras.

Es un error pensar que la creatividad sea una facultad que solo posee el inventor, el genio o los artistas. Si bien en ellos es una cualidad inmanente, también todos los seres humanos pueden aprender a ser creativos, pueden desarrollar habilidades necesarias que les permitan tener un pensamiento creativo para plasmarlo en procesos y productos o servicios valiosos y originales. Es hora de pensar más en el descubrimiento de nuevas ideas, servicios y productos dentro de las organizaciones e instituciones y romper con la idea de estructura social de conservacionismo.

Considero fundamental que se promueva dinamizar las potencialidades individuales, favoreciendo la flexibilidad mental, la inventiva, la originalidad, la autonomía y la libertad en conjunto con un ambiente óptimo de competencia emocional y social para enfrentar esta sociedad cambiante. (O)