Nuestra invitada *

Tras la firma de una carta de intención con el FMI, el Ecuador se ha comprometido a ordenar sus finanzas públicas, principalmente su abultado déficit fiscal de 685 millones de dólares. Desgraciadamente las soluciones se enfocan en remediar las finanzas del Estado (su hueco fiscal) y no a remediar las finanzas de los ciudadanos. Se suele pensar que es el “Estado” quien salvaguarda de mejor manera los intereses de los individuos, cuando generalmente ocurre todo lo contrario. Dentro del liberalismo, la libertad individual es el derecho más básico de toda persona y por ende son sus propios intereses y la búsqueda de su felicidad los derechos que debe proteger en primera instancia un Estado.

Para el próximo año el gobierno estará obligado a conseguir 1.700 millones adicionales en impuestos por lo que analiza una reforma tributaria, entre otras medidas a tomarse. En los últimos días se ha conversado incluso de gravar el uso de plataformas digitales como son Netflix, Uber y Spotify las cuales ya son gravados con el 5% del Impuesto a la Salida de Divisas. Es decir sería pagar un impuesto sobre otro ya existente.

En una economía estancada como la ecuatoriana, donde su crecimiento proyectado de aquí a 3 años se estima que no llegará ni al 1%, no se puede seguir quitándole más dinero de los bolsillos a los ciudadanos (a través de mayores impuestos) para entregárselo al Estado. El dinero mejor gastado siempre será el que está en manos del individuo, quien buscará por su propio interés utilizar e invertir ese dinero de la forma más productiva posible. Como demostraba el economista Douglass North, “los impuestos sacan recursos del sector productivo para transferirlos esencialmente a los no productivos, es decir, en general son destrucción de riqueza porque son consumo”. Por otra parte, los servicios que el Estado nos brinda con nuestros impuestos son cada más deplorables: un sistema de pensiones que en pocos años será insostenible, un servicio de salud donde sus hospitales no cuentan con medicina adecuada y no logran cubrir la demanda de pacientes, un sistema carcelario declarado en emergencia, una mala administración de las empresas públicas, entre otras. ¿Será que debemos seguir pagando mayores impuestos a un gobierno que no demuestra ser un buen administrador de los recursos?

Una mejor forma de generar mayores ingresos sería conseguir nuevos acuerdos comerciales que permitan un crecimiento de nuestras exportaciones y por ende una mayor recaudación tributaria por parte del Estado. Reducir impuestos que permitan dinamizar la economía. Eliminar las barreras arancelarias que obstaculizan la entrada de nuevas divisas a través de inversión extranjera directa. Una reforma laboral que facilite a las empresas contratar un mayor número de empleados e incremente su competitividad. Vender las empresas estatales que solo ocasionan pérdidas al Estado, como es el caso de TAME, la cual acumula pérdidas por 400 millones de dólares. Por último, es necesario que el Estado realice un fuerte recorte de su gasto improductivo.

Recordemos que en casi todos los países de Europa (incluidos los países nórdicos) los altos impuestos han reducido su crecimiento, recaudación y empleo. Busquemos soluciones reales que conlleven a un verdadero crecimiento de la economía buscando el bienestar de todos los ecuatorianos. (O)

* Economista.