Jamás estuve de acuerdo que planten árboles en zonas estrechas y peor en aceras donde hay cientos de instalaciones subterráneas de agua potable, de cablerío de energía eléctrica, de televisión, de internet, etc. Sugiero, ubiquen principalmente arbustos de múltiples flores, de raíces flexibles, fustes de 20 centímetros de diámetro, y múltiples flores fragantes de apenas 4,50 metros de altura y de zona foliar (follaje) de 3 a 5 metros.

Los árboles, cualquier especie, deben plantarlos en áreas abiertas y a 15 o 20 metros entre árboles, no plantarlos como semilleros, como sucede en todo Guayaquil. He observado en reportes de prensa y redes sociales que se están cayendo árboles gigantes; aconsejo que empiecen a bajar su altura, dejarlos todos a 3,50 metros y seguir su mantenimiento constante para dirigir correctamente su nueva foliación, y no hacer podas indiscriminadas y antitécnicas como las de los árboles de la avenida San Jorge, desequilibrando su eje central del peso de fuste y follaje. Se requiere urgente una reducción de altura de todos los árboles de Guayaquil y no hacer semilleros de árboles, es decir, implantarlos a 2, 3, 4 metros de distancia entre sí como lo están haciendo actualmente en aceras, parterres, áreas cortas o estrechas; lo que podría significar que los actuales técnicos no conocen la estructura fisiológica y anatómica de nuestras especies árboreas. (O)

Freddy Amauri Santos Romero, ingeniero agrónomo, Guayaquil