Es grato apreciar el esfuerzo, talento de los niños, especialmente los que viven en la ruralidad. Gracias a sus esmeradas dedicaciones y mucho amor por los estudios, logran destacarse y sirven de ejemplo para sus hermanitos, vecinos... Es el caso que conozco en Data de Posorja (Guayas), donde hay una sola escuela-colegio fiscal y lleva el nombre del científico y doctor ecuatoriano Plutarco Naranjo Vargas (nació el 18 de junio de 1921 en Ambato y falleció el 27 de abril de 2012 en Quito). Fue médico, docente, periodista, historiador, investigador ambateño y excolumnista de Diario EL UNIVERSO.

Luego de dicha escuela-colegio fiscal, que tiene solo hasta ‘tercer curso’ (décimo año de educación básica), algunos chicos destacados continúan sus estudios en Playas y han sido los mejores bachilleres, como Jhoselyne, Nicole, Ángel..., a pesar de no tener recursos económicos ni ayuda tecnológica.

Los alumnos crean sus propias habilidades para hacer tareas y desarrollar potencialidades creativas. Al comienzo de la pandemia de COVID–19, para entrar a una clase virtual sin tener internet en casa, prestaban o alquilaban una conexión o un wifi de un vecino y con un celular escuchaban la clase.

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Dedico estas líneas a todos los niños y adolescentes que superan inconvenientes para avanzar y mejorar su nivel de aprendizaje, especialmente de escasos recursos, zonas rurales... Ahora con la ciencia y tecnología, niños de Ecuador se han interesado por materias como la robótica y participan con éxito en eventos internacionales. Ojalá, así como hay cazatalentos para el fútbol, que es interesante, haya también en diversos temas del talento para los niños en dichas condiciones. El Estado debe dar facilidad, becas, evitar trabas burocráticas y beneficiar a quienes tienen méritos propios. (O)

Fernando Héctor Naranjo Villacís, periodista, Guayaquil