Los desmanes en Salinas, en el carnaval, no son nuevos, durante años se repiten en el mismo lugar, solo que ahora rebasaron los límites de la moral y el respeto.

El problema es que nadie controla la bulla que hacen con parlantes en los bares, lo que convierte a la calle en una discoteca donde se escucha la música; esa fue la razón de los desenfrenos. En pleno malecón hay salones que todos los días desde las 09:00 hasta las 15:00, sin control, ponen músicas escandalosas sin que ninguna autoridad, desde ya hace dos años, haya controlado, clausurado, por el ruido. Falta que el Municipio de Salinas defina las ordenanzas de control público y que se apliquen. Asimismo, no se ha logrado un trabajo en equipo de todas las autoridades, antes de los feriados, con responsabilidades de cada institución pública. Los militares deberían colaborar con la policía nacional, para evitar los escándalos públicos.

En fin, esperemos que este llamado de atención tenga una pronta solución y no veamos a mujeres bailando desnudas en el malecón. (O)

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Carlos Luis Armanza Astudillo, licenciado en Periodismo, Guayaquil