Muy acertado el planteamiento del bono para las gestantes en desnutrición.

Pero para recibir este bono se tendría que confirmar un diagnóstico médico desde su primer trimestre, que resulta importante ante el incremento de la maternidad adolescente, donde existe un mayor riesgo de complicaciones, donde las preferencias alimentarias de este grupo de edad son los dulces, refrescos y otros. Le vendrá muy bien a la gestante con adicciones, que por lo general su mal entorno socioeconómico no le favorece, y que tiene una mala alimentación. Es que al hablar de alimentos, las proteínas son cruciales para el desarrollo del feto, por eso debería estar destinado un 70 % a la obtención de productos con alto valor biológico y un 30 % para suplementación que garantice el crecimiento y desarrollo fetal. Bien por el ‘binomio’ madre–hijo. (O)

Janet del Rocío Gordillo Cortaza, doctora, Guayaquil