Los ciudadanos de Ecuador, que discernimos sobre el grave daño causado a la unidad nacional durante los 14 años que tuvimos en el gobierno corrupto de la revolución ciudadana o del siglo XXI, y ventajosamente somos más, como demostramos con los resultados del reciente proceso electoral que comprobó que a los buenos nos duele nuestro país, observamos lastimosamente que se requerirán por lo menos dos décadas de gobiernos honrados sucesivos para recuperarnos de la debacle económica.

En dicha debacle nos dejó el ahora prófugo, quien hacía apología del delito diciendo que las coimas en los contratos de obras, de estudios y de servicios, dados por su gobierno (que indiscutiblemente constituían peculado porque permitió el enriquecimiento ilícito), no eran otra cosa que “entendimiento entre privados”. Ahora, desde la Asamblea Nacional también se hace apología igual y se recomienda que ‘si roban, roben bien, justifiquen bien, pero no se dejen ver las cosas’. Nos preguntamos, ¿qué hace la Fiscalía en este ‘Gobierno del encuentro’ pero que no encuentran nada, ni siquiera lo robado en los dos gobiernos de la revolución? El país está esperando que se condene a los que se han burlado de la Asamblea y de sus semejantes que los eligieron, aplicándoles la sanción del art. 365 del Código Integral Penal aprobado por la antigua Asamblea, que castiga la apología del delito con prisión de hasta 30 días. ¡País para Ripley! (O)

Gustavo Chiriboga Castro, abogado y economista, Quito