‘Motos y tricimotos eléctricas circulan sin placas, con exceso de carga y hasta invadiendo carriles de la Metrovía en Guayaquil’, este es el titular de una nota del Diario EL UNIVERSO en la edición del 20 de diciembre, acerca de lo que ocurre en pleno centro de Guayaquil, una ciudad que a lo largo de la historia reciente ha querido ser una urbe moderna y cosmopolita con sus respectivas ordenanzas, leyes o disposiciones que quisieron encaminar a la ciudad hacia esa vía para que el ciudadano que nació o que se afincó en el Puerto Principal del país se sienta orgulloso de decir soy guayaquileño, de nacimiento o de corazón.

Pero al parecer las acciones tomadas por las autoridades locales, seccionales o nacionales no han tenido el efecto que se esperaba y lo que es peor a la ciudadanía no le interesa, no cumple o le importa un pepino cuanta ordenanza o normativa se establezca ya que le da igual y hace lo que le da la gana. Aquí unos cuantos ejemplos:

Cinco calles del centro de Guayaquil son las que más congestión han registrado en estos días festivos por compras

Se establecieron horarios de recolección de basura, sin embargo, hay personas que los desechos los sacan luego que pasa el carro recolector.

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Existe mucha falta de educación vial e irrespeto a las señaléticas de tránsito, se puede observar en cualquier calle de la ciudad, especialmente en barrios suburbanos, como motos y tricimotos van incluso en contravía o incluso hay vehículos que no respetan los semáforos.

Por otra parte, las calles y las aceras son irrespetadas. En algunas partes de la ciudad estas han sido usadas por comerciantes o dueños de negocios para lavar carros, hacer mecánica, vender frutas y hasta colocar mesas y sillas para un restaurante.

Los paraderos de buses son espacios que sirven para cualquier cosa menos para que los ciudadanos se suban o bajen de los buses con la seguridad que se requiere.

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Tampoco existe tranquilidad en nuestras casas, ni se puede descansar debido al ruido que cualquiera puede hacer con su voz, con megáfonos o parlantes a exceso de volumen.

Guayaquil se ha convertido en un pueblo grande donde todos quieren hacer lo que les conviene a ellos, sin importar el bien común, ese mal que en la ciudad se puede decir que es macro, se refleja en cada uno de los barrios o ciudadelas en las cuales vivimos, ya que los que queremos hacer las cosas en orden o siguiendo las normativas existentes somos mal vistos y catalogados como tontos y los demás son “sabidos” o “vivos”.

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Pedido de los habitantes de Samborondón

Lamentablemente se puede decir que la ciudad en este aspecto ha retrocedido, es una ciudad anárquica y no se ve mejoría. ¿A dónde iremos a parar con esta situación insostenible? (O)

Guillermo Salvatierra Melgar, Guayaquil