La semana pasada estuvo trabajando en nuestra casa un adulto mayor habitante en un sector donde carecen de servicios básicos localizado, me manifestó, “mas adentro de la Ladrillera”. Conversamos sobre los temas actuales como son la delincuencia y las extorsiones en su sector, expresó que hace varios años pagan $ 3 semanales a moradores de esos mismos lugares, que inicialmente hacían guardianía nocturna; ahora les obligan al pago semanal.

Ayer escuché la queja de un oyente de una radio que da noticias, de que los extorsionan en sector de la Ladrillera (Guayaquil), atrás de un hospital, cobrándoles semanalmente $ 3 y además están vendiendo los terrenos invadidos en $ 3.000. Estos mafiosos invaden terrenos, los parcelan, y a los moradores los extorsionan aprovechando la falta de controles gubernamentales y municipales.

Por otro lado, en Alborada, en la zona de Albocentro 5, un sector de discotecas, está convertido en dormitorio de menesterosos aparentemente chamberos, que se drogan y a quienes se les acercan personas para comprarles estupefacientes. Sin rubor alguno consumen y trafican a la vista de todos, conducta que atemorizó a los habitantes de la etapa 11 de la ciudadela Alborada y fue el inicio del enrejamiento en todas las manzanas.

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Deseamos que el alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, venga a dichos sectores del norte y vea si le es factible transitar libremente con seguridad por las calles. (O)

Jorge William Tigrero Quimí, economista, Guayaquil