Este domingo 14 de noviembre se recordó el Día Mundial de la Diabetes. ¿Usted lo sabía? No se preocupe, la mayoría de ecuatorianos tampoco lo sabe, y es entendible, ya que la diabetes es una condición de vida invisibilizada para todos aquellos que no la padecen o no tienen un familiar con dicha condición.

¿Por qué escribo esto? Porque es la oportunidad de que las personas que la sufren; niños y adultos; y sus familias, tengan voz, tengan un cuerpo, tengan un rostro ante los gobiernos de turno, ante nuestras autoridades, ante el común de las personas, que sepan que la diabetes es una enfermedad incurable y que si no es controlada puede llevar a la muerte, pero previamente va destruyendo cada órgano tocado por esta patología.

Es hora de que nuestros gobernantes solo cumplan con lo que la Constitución de nuestro país indica, y que el acceso a los insumos necesarios, como insulinas, tiras reactivas, lancetas, etcétera, que se necesitan, sean accesibles económicamente y por qué no, gratuitas, porque eso indica la ley, ley que es letra muerta ante la indolencia de nuestras autoridades.

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La educación también es primordial para que todos sepamos cómo tener una mejor calidad de vida y desterrar ‘mitos’ respecto de que si un niño tiene diabetes es porque es ‘gordito’ o ‘comió muchos dulces’; la realidad es muy distinta, el páncreas solo deja de funcionar haciendo que la insulina sea la vida de ellos de por vida.

Los insumos, tan necesarios para el manejo de la diabetes, son costosos y sin ellos la vida es muy dura, durísima y más siendo niños, por eso existen fundaciones como Fuvida que en algo mitigan este oneroso gasto y brindan lo más importante educación. ¡Gracias a ellos! Pero este trabajo es y debe ser del Estado y sus entes.

Y ahora, no olvidar lo que se conmemora el 14 de noviembre. (O)

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Jorge Luna Jijón, ejecutivo comercial, Guayaquil