Hito histórico que pasa desapercibido en el recordatorio nacional, el 15 de febrero de 1812. Su importancia radica en haberse dictado la primera constitución de la futura República del Ecuador.

El Consejo de Regencia de España (29 de enero de 1810), en conocimiento de los sucesos ocurridos en Quito por la Declaración de Autonomía que hicieron los patriotas el 10 de agosto de 1809, nombró comisionado regio al coronel Carlos Montúfar y Larrea (hijo del marqués de Selva Alegre y que se instruía en su carrera militar) por su actuación destacada en defensa de la monarquía española ante la invasión del reino por Bonaparte, para destronar al rey y ocupar prácticamente toda la Península. Arribó a Quito el 12 de septiembre de 1810 (después de la matanza del 2 de agosto de 1810). El coronel Montúfar convocó a una nueva Junta Soberana el 19 del mismo mes, eligió a la directiva encabezada por Ruiz de Castilla, presidente de la Real Audiencia de Quito y miembros permanentes, a él mismo y al obispo José de Cuero y Caicedo, junto con 34 delegados escogidos de los barrios populares, del clero y la nobleza. Asumieron las funciones de las autoridades virreinales, adquirieron total independencia elevando al estatuto a Capitanía General, el 9 de octubre de 1810.

No logró la anexión de otras ciudades de la Audiencia, a excepción de Ibarra, Otavalo, Ambato, Riobamba, Guaranda y Alausí. No fue suficiente para evitar ser rodeada por tropas enemigas dirigidas por el presidente remplazante de Ruiz de Castilla, general Joaquín de Molina, quien desde Cuenca dirigía las acciones al no poder ingresar a Quito frente a la fuerte resistencia opuesta por tropas comandadas por el coronel Montúfar.

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Esta Junta Soberana de Quito desconoció la autoridad del Consejo de Regencia de España, confirmó su separación de la corona, independizándose y conformándose como Estado de Quito, a pesar de reconocer lealtad hacia Fernando VII (leer artículos 2 y 5 del Pacto Solemne de Quito), conteniendo principios monárquicos constitucionales, el 15 de febrero de 1812.

Los historiadores aún no han dado la debida importancia a este hecho histórico trascendental en la vida y evolución de nuestra historia nacional y nacimiento del derecho constitucional ecuatoriano. (O)

Regina Zambrano Reina, doctora en Jurisprudencia, Guayaquil