Como docentes, hemos escuchado a menudo a los padres decir que quieren darles a sus hijos todo lo que ellos no tuvieron. Si bien este deseo es comprensible, a veces puede hacer más daño que bien. En un mundo donde la competencia es feroz y las oportunidades no siempre son fáciles de conseguir, es crucial enseñar a los niños el valor de la superación personal.

Más de 16.000 estudiantes de Durán se han beneficiado con el programa Comunidades Educativas Seguras

Los desafíos son una parte inevitable de la vida, y enfrentarlos es la única manera de crecer y desarrollarse. Cuando los padres intentan proteger a sus hijos de todo esfuerzo y dificultad, les están privando de la

oportunidad de aprender valiosas lecciones. El fracaso y la frustración son maestros poderosos que nos enseñan a perseverar, a ser resilientes y a encontrar soluciones creativas.

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La falta de cultura y el progreso del Ecuador

Como educadores, tenemos la responsabilidad de trabajar en colaboración con los padres para fomentar la resiliencia en los niños. Esto implica crear un ambiente de apoyo en el aula donde los estudiantes se sientan seguros para tomar riesgos y cometer errores. Debemos alentarlos a enfrentar sus miedos, a no rendirse fácilmente y a buscar ayuda cuando la necesiten.

Cuando un niño logra superar un desafío, ya sea académico, social o personal, experimenta una sensación de orgullo y logro que no se puede comprar. Estas experiencias forjan el carácter y construyen la confianza en sí mismos. Al enseñar a los niños el valor de la superación, les estamos brindando herramientas invaluables para enfrentar los obstáculos que encontrarán en el futuro.

La educación como política de Estado

Papis, no hagan la vida de sus hijos fácil, enséñenles el valor de superarse a sí mismos, de enfrentar desafíos y de perseverar. Juntos, como educadores y padres, podemos criar a una generación de niños fuertes, resilientes y exitosos. (O)

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Roberto Camana-Fiallos, escritor y docente investigador, Ambato