El Antiguo Testamento de la Biblia dice que había unos jueces que se creían omnipotentes, y algunos historiadores los calificaron como sumos sacerdotes; me referiré a ellos al compararse con ciertos asambleístas que por su fuero se creen que están por encima de la vida, que por impartir justicia se creen con atributos de Dios, por lo cual se premia o se castiga según sus merecimientos.

Este preámbulo es aplicable a una Comisión de Garantías Constitucionales que cuando se trata de un caso contencioso administrativo donde se juzga el acto, no a la persona, los asambleístas en concupiscencia con su líder del ático defienden que no hay falsedad ideológica en lo denunciado por ellos, pero no presentan las pruebas; y que la denuncia se sustenta en que se debatió una presunción y que del debate nació una verdad. Lo mismo, otra parte del debate dice que no se debatió, lo cual se pretende incorporar como resolución. Por eso es un litigio y corresponde mediante un análisis contencioso administrativo, saber la verdad. (O)

Salvador C. Loffredo Autheman, ingeniero civil, Guayaquil