El presidente Guillermo Lasso pretende estimular la economía aumentando la inversión extranjera e impulsando la producción de petróleo; crear dos millones de puestos de trabajo; expandir el sector agrícola a través de préstamos a bajo interés; subir el salario básico hasta $500; impedir el aumento del IVA, y mantener la dolarización.

Su agenda económica probablemente sea un camino cuesta arriba porque ha asumido un país con severas dificultades económicas como resultado de la mala administración del gobierno anterior, bajos precios del crudo, alto nivel de endeudamiento y escasos recursos en las arcas fiscales. A esto se suma lo agravado que está el país por la pandemia del COVID-19, las medidas de distanciamiento social... Analizando las variables del PIB real desde el 2017 hasta el 2020, se ha mantenido ligeramente constante hasta febrero de 2020; sin embargo, se produjo una caída drástica en el segundo semestre del 2020 debido al confinamiento que hubo en el país, situación que afectó directamente a la producción; de igual manera, los gastos de los hogares en bienes y servicios para satisfacer sus necesidades, en el primer periodo del año 2017 fueron de $ 10.760 millones, y en el primer semestre del 2020 se redujeron a $ 578 millones, mientras que los gastos del Gobierno que incluyen gastos corrientes para adquisición de bienes y servicios, remuneración a funcionarios, gastos de defensa y seguridad nacional han disminuido desde el 2017, alcanzando su punto más bajo en el 2020 por las políticas públicas de ajuste aplicadas por el anterior gobierno. En lo comercial, las exportaciones se encuentran en auge, debido a los productos exportados como banano y camarón, apetecidos a nivel mundial y en los mercados chinos, por esto el trimestre de marzo alcanzó los $ 5.309 millones. Por otro lado, las importaciones incrementaron en el 2020, especialmente por la adquisición de insumos médicos y de salud. Ahora en el 2021 se espera que la economía tienda a crecer en un porcentaje mínimo según Cepal, también el Fondo Monetario Internacional en su informe de octubre pasado estima que en el 2021 la tasa de crecimiento de la economía aumentará al 4,8%. El anhelo de los ciudadanos es tener un ambiente de tranquilidad, soberanía, confianza, de eso depende el nivel de consumo, por ende el nivel de renta, recaudaciones del Estado y el nivel de producción e inversión. (O)

Kevin Wesley Sánchez Sanaguano, ingeniero en Negocios Internacionales, Guayaquil