De vez en cuando me tomo un cafecito en un lugar adecuado para el efecto, cuyo edificio linda con la avenida Samborondón, del cantón del mismo nombre. Desde dicho lugar se aprecia perfectamente, el paso de muchos vehículos que van hacia distintos destinos, o simplemente se dirigen hacia la ciudad de Guayaquil. Los buses urbanos y los buses intercantonales, incluido los vehículos particulares, van a excesiva velocidad, por ello el título de esta carta que les escribo.
No hay vigilancia en aquel lugar, los agentes de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) brillan por la ausencia, solo se detienen en ocasiones, con algún patrullero, para detectar si han llevado tales vehículos particulares a la revisión, que de acuerdo con el último dígito de la placa, les corresponde realizar anualmente, y los citan.
Cuando el presidente Daniel Noboa va de visita a algún lugar, un buen número de motocicletas y vehículos de seguridad custodian su vehículo y conduce a una velocidad extremadamente alta, aun cuando es entendible tal custodia policial no creo que sea la adecuada.
Publicidad
Estos son los horarios y zonas de parquímetros en Guayaquil y Samborondón
Esta avenida se convierte en ciertas horas en una verdadera autopista, como aquellas de Fórmula 1, de los grandes velódromos del mundo. Lo ideal sería semaforizar el sector indicado, para bajar la velocidad de los vehículos que por ahí circulan. También a horas de la tarde, hacia la derecha del edificio donde está esta terraza, giran los vehículos que van a la universidad ubicada allí, por fortuna al ingreso de esta hay agentes que tratan de controlar tales ingresos, alternando con los otros vehículos que continúan su camino hacia otros sectores.
Dejo sentada esta inquietud, urge tomar alguna acción al respecto. Señores de la CTE, tienen ustedes la palabra. Se deben tomar acciones para brindar seguridad vial. (O)
Sucre Calderón Calderón, abogado, Guayaquil