Los valores humanos han sido subestimados. No podemos actualizarnos no dejando claro que las virtudes son parte de cada ser humano y que no podemos deshacernos de la necesidad de cubrirnos de virtudes y cualidades, al margen de una soberbial manera de alcanzar logros por mal proceder.

Es imperativo devolver a cada sociedad aquello bueno, la ética, la moral, que eran parte de nuestros antepasados que no pueden entender en estos tiempos, las mañoserías que aparecen dejando al mundo en soletas. La moralidad y las buenas costumbres son la mejor imagen de quien se aprecia de ser digno y honorable. La juventud debe comprender que los valores humanos no son del pretérito sino de toda la vida, que la corrupción fundamenta antivalores desecha la humanidad y transforma a los corruptos en humanoides, que obstaculizan el paso de quienes sí somos honestos y diligentes. (O)

Eduardo Jiménez Macías, Salinas, Santa Elena