Relato dos anécdotas:

- El 22 de marzo de 1999 cerró el Banco del Progreso (castigado por el Gobierno nacional por su iliquidez). En Guayaquil me uní a una grandiosa manifestación de clientes protestando por ello. Llegamos frente al Palacio Municipal y gritamos consignas contra el presidente de ese entonces, Jamil Mahuad; pedíamos su renuncia. En el balcón estaba el alcalde de Guayaquil, ingeniero León Febres-Cordero Ribadeneyra (que fue de 1984 a 1988 presidente del Ecuador). Repentinamente a alguien se le ocurrió gritar: “León presidente, León presidente...”. Gloria Gallardo (promotora cívica de la Alcaldía de León Febres-Cordero en Guayaquil de 1992 al 2000) agitó los brazos como directora de orquesta, asintiendo a los deseos de muchos ciudadanos. Los gritos se volvieron un rugido fervoroso multitudinario, pidiendo que León asumiera la presidencia del país. Él, con su brazo derecho, manifestaba su negativa. Viendo esa actitud, a alguno de los que protestábamos se le ocurrió decir: “León, no te ahue...”; eso fue replicado por los presentes, y el nuevo grito se tornó ensordecedor. León se sintió extasiado por las aclamaciones y en un discurso lanzó su frase recordada: “Yo no me ahue...”.

- El 8 de mayo de 2002, acudí con una vecina del sector donde vivo a las reuniones que promovía el Municipio de Guayaquil para que interviniera en el parque de nuestro barrio. Nos obligaron a organizarnos como comité con vida jurídica. La promotora cívica de la Alcaldía, Gloria Gallardo, daba a conocer que el 10 de mayo de 2002 iban a inaugurar un parque en mi sector de residencia. Pedí la palabra para decir que resultaba difícil que realizaran la inauguración, porque no se había realizado hasta ese día mayor trabajo. La funcionaria municipal replicó: “¿Qué! Usted no me conoce. La obra se inaugurará en la fecha programada!”. Dije: “¡Ojalá!”. Al día siguiente, nos enviaron decenas de personas a trabajar. Dialogué con unos vecinos, que ya duermen en paz; les dije: “Si el viernes viene la señora Gallardo a inaugurar la remodelación, ustedes me secundan gritando todo lo que se me ocurra en el momento”. Llegó el 10 de mayo de 2002 y apareció doña Gloria con la banda municipal a inaugurar lo que habíamos denominado ‘La loma de la Alborada’; se me ocurrió gritar: “Gloria, mujer de acción... Gracias, Gloria, gracias...”, secundado por los moradores. Tras la cancelación abrupta de sus funciones de presidenta del directorio de la Empresa Pública Municipal de Turismo, Promoción Cívica y Relaciones Internacionales de Guayaquil, el 1 de marzo de 2023, lo que cuenta es su labor social, cívica, cultural, etc., durante decenas de años. Será gratamente recordada. (O)

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Jorge William Tigrero Quimí, economista, Guayaquil