Trabajadores deben iluminar la mente al pensar que las utilidades recibidas en las empresas no serán altas debido a la crisis económica que produjo la pandemia, la inseguridad..., ni disponerlas para gastos superfluos e innecesarios.

Entramos a la temporada de las tan anheladas utilidades, pero recordemos que recién salimos de la ‘pandemia financiera’ donde murieron seres queridos, murieron negocios o estos quedaron debilitados. Es importante que el trabajador no cuente con la idea de un valor imaginario y atractivo de utilidades, ni peor anticiparlas en compras, gastos, con tarjetas de crédito. Luego vienen los contratiempos financieros y andamos demacrados pensando en cómo cubrir el bache.

El siguiente desafío para este año es el efecto del conflicto entre Rusia y Ucrania, que afecta a nuestras exportaciones no solo en la compra de nuestros productos, sino por el costo de sus fletes marítimos. Esto nos obliga como ecuatorianos y como país a ser más cautos en nuestra economía, tanto en nuestras finanzas personales como del Estado. Debemos buscar subir las reservas de libre disponibilidad para atender los futuros desastres naturales, ya que vivimos en medio de 84 volcanes, procesos de subducción de placas tectónicas, fenómeno cíclico de El Niño y, por consiguiente, inundaciones. Y a nivel de educación financiera –y por naturaleza– debemos ahorrar, ser precavidos. Cualquier pequeño excedente a nivel personal o de Estado, como la subida del precio del crudo, deberá ser analizado para su uso correcto. A nivel de la política externa, lo más prudente es mantenernos neutrales, buscando siempre que el conflicto se resuelva por la vía de la democracia para el bien de la humanidad. A nivel interno, la inseguridad ciudadana y jurídica nos obliga a invertir en seguridad, no solo colocando más cámaras y grabadores en nuestros locales, sino con capacitaciones ante los secuestros extorsivos, y tener un bajo perfil en nuestras redes sociales. Espero que la situación nacional y global mejore, por la salud mental y física del ser humano. Todos queremos paz y prosperidad. (O)

Gunnar Lundh Iturralde, periodista, Guayaquil