Cómo es posible que mucha corrupción de funcionarios, exfuncionarios, etc., denunciada, salida ante la opinión pública y los medios de comunicación, queda solamente en escándalo y los involucrados, sus familias, compinches y testaferros vociferan que son ‘ángeles’; a unos les ponen grillete, van cada ciertos días a decir a la autoridad que no se han fugado del país, pero sacan los dineros a paraísos fiscales, y el tiempo tira tierra a dichos casos porque aparecen nuevas ollas de grillos podridos.

Por la inseguridad de valores humanos, jurídica, ciudadana, social, económica, etc., estamos en la tierra de nadie donde los malos siembran el terror y sus leyes comunistas pervertidas. Los que no somos parte de estas huestes malvadas sinvergüenzas debemos orar mucho por la salvación de la patria. El funcionario que no tiene amor y respeto a Dios y al prójimo no es buena gente. (O)

Ricardo Villamarín, Guayaquil