El filósofo estadounidense Henry David Thoreau manifestaba que “aquel que sabe escuchar el murmullo de los ríos jamás sentirá una completa desesperación”, ¿a qué vengo con esta acotación?, pues por lo que está pasando en estas últimas semanas por los estragos del invierno en nuestro balneario de Villamil Playas y sus lamentables consecuencias para la población, el cantón y su impacto para el turismo. Lo dicho por el filósofo americano, se colige a que cuando se publicó en el Registro Oficial el 15 de agosto de 1989 el Decreto Ejecutivo número 253 donde se declara la cantonización de Playas, quedando evidenciado cuáles son los límites del cantón.

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En esta ley de creación del cantón Playas, el legislador es exacto en dar los límites geográficos y sus coordenadas. Mi pregunta es, luego de la cantonización de Playas, los ediles, alcaldes y técnicos de planificación urbana y territorial, ¿habrán tomado en cuenta, antes de la legalización de tierras y terrenos, conformación de barrios y viviendas, por dónde pasan los ríos y esteros?, yo creería que sí, pero a lo mejor tuvieron que cumplir con la exigencia popular, sin embargo, los asentamientos de la población aumentaron, por ende el crecimiento desordenado de la ciudad. Entonces tenemos que asumir los problemas que la naturaleza no ha ocasionado en su totalidad, sino la falta de planificación y un desarrollo adecuado, teniendo en consideración lo que nuestros antecesores y escribanos nos dejaron, la señal por donde cruza y va un río.

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Esperemos que las nuevas autoridades municipales del cantón Playas tomen como ejemplo lo que el invierno nos está enseñando y traten de corregir los errores para no volver a culpar a la naturaleza de los estragos. (O)

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Freddy Javier Santos Ycaza, Guayaquil