En el Ecuador suceden hechos que bien podrían abonar el listado de este recolector de hechos inverosímiles, Ripley, de cosas que parecen mentiras, pero son verdades:

El radar en el cerro de Montecristi (Manabí), instalado por una empresa española en la cima de este histórico monte, con la intención gubernamental de detectar las embarcaciones que salían de las playas manabitas con droga, en dirección a Centroamérica, Estados Unidos y Europa, no les gustó a ciertos habitantes de los alrededores, se opusieron, por vinculaciones con capos de la droga. Funcionó perfectamente durante 12 días hasta que un estallido lo descompuso. Nunca se supo si fue desperfecto mecánico o acto terrorista, pese a la guardia militar que lo custodiaba.

El Ministerio de Defensa dispuso que se desarme el radar para trasladarlo a la ciudad de Latacunga, provincia de Cotopaxi, para su reparación, como así lo hicieron para después de reparado volver a desbaratarlo para trasladarlo a su lugar de origen; luego cambiaron de idea y el radar se quedará en Latacunga. ¿Falta de liderazgo del ministro del ramo o sesgo centralista militar? Habrá que esperar los informes de los expertos para saber la verdad y las resoluciones de los hechos. Verdad que posiblemente podría tener efecto en la póliza de seguros del radar. Habrá que leer bien la “letra chiquita” en la póliza de seguro, para asumir o no el riesgo asegurado.

Publicidad

El radar se quedará en Latacunga para desde las montañas andinas “monitorear” el contrabando de droga que se da en las costas manabitas. ¿No hubiera sido más lógico y económico enviar a unos cuantos expertos a Montecristi a arreglar el equipo?

Vale la pena considerar este hecho como interesante para los sucesos coleccionados por Ripley. (O)

Sucre Calderón Calderón, abogado, avenida Samborondón

Publicidad