Exhalar el aire a través de las cuerdas vocales, a pleno pulmón, con toda el alma y con una voz privilegiada es un regalo de la naturaleza. Además de que esta quede grabada, a modo de canción en la memoria, igual de ordenada que sus partituras musicales; me hace retroceder en el tiempo y revivir momentos de sinceridad y adolescencia. Lo grandioso es que el amor sigue latente en el recuerdo, y los vuelve a evocar cuando los circuitos cerebrales se alinean con esas melodías.
La otra noche vi la película Cuando tú no estás (1966), de nuestro querido e internacional Rafael (como se escribe su verdadero nombre). Sus canciones me hicieron sentir por unos segundos la plenitud íntegra de aquellos tiempos; muy pocos artistas pueden lograr lo que él logra. (O)
Jesús Sánchez-Ajofrín Reverte, Albacete, España