El 18 de agosto se cumplió un mes del fallecimiento de una de las grandes voces del pentagrama nacional, la Señora del Pasillo, Fresia Saavedra.
Falleció la cantante ecuatoriana Fresia Saavedra a los 90 años
Su amor a este género musical la convirtió en maestra para enseñar y amar nuestra música, logrando una combinación perfecta del arte y la docencia dando ejemplo de altruismo y generosidad. Fue madre de la talentosa y gran cantante Hilda Murillo.
El día que escuché la noticia de su muerte sentí un dolor y pena muy grande al saber que partió alguien que formó parte de la vida de todos los ecuatorianos.
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Al escuchar sus canciones vienen recuerdos de mi tierra, Vinces, lugar donde la música nacional era y es preferida por sus habitantes y de tanto escucharlas se grabaron en mi memoria y corazón, esas bellas y grandes voces que entonaban lindas canciones pasaron a ser parte de mí durante mi juventud y perdurando a través del tiempo, invitándonos a soñar y amar lo nuestro.
Así fue el homenaje musical a Fresia Saavedra en el Teatro Estudio Popular Julio Jaramillo
Siendo la gratitud la mayor de las virtudes que enaltece y perenniza el alma, rindo un justo homenaje a la Señora de la Canción, Fressia Saavedra, por ser un ícono musical, una gran cantante que dedicó toda su vida a interpretar la música nacional con su maravillosa y dulce voz. Le cantó a Guayaquil a su tierra natal como solamente lo hace una hija agradecida de sus raíces.
Los pasillos son poemas formados de versos donde se hace referencia principalmente al amor, ella al cantarlos resaltaba su gran personalidad y voz brillante.
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Hay versos amorosos, alegres, respetuosos y soñadores, con palabras qué enamoran, pero siempre con fondo musical muchas veces nostálgicos y tristes, pero alegraban el alma y se escuchaba en las radios.
Gracias a la Señora de la Canción Fressia Saavedra por su dedicación y amor a nuestra música. (O)
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Alicia de Jesús Carriel Salazar, docente, Guayaquil
