Viajo frecuentemente por la vía Cumandá–Riobamba, en Chimborazo, de aproximadamente unos 130 kilómetros de extensión.
La carretera es muy importante para el tránsito comercial, turístico y agropecuario de la Costa, Sierra central y el Oriente.
Lamentablemente, da mucha pena decirlo, la vía se está destruyendo. El Ministerio de Transporte y Obras Públicas, MTOP, la tiene a cargo; desde que se construyó no le han hecho mantenimiento alguno.
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La maleza invade la carretera, los drenajes del agua de las lluvias se encuentran taponados por la tierra y la maleza; no existen señales de tránsito como corresponde a una vía de este orden.
Los derrumbes de tierra de los cerros, obstruyen la vía; la capa de la rodadura se encuentra destruida en un 30 a 35 por ciento.
Todo esto hace que se torne inseguro, peligroso transitar, mucho más cuando existe neblina y lluvia, que son frecuentes en dicha zona que es montañosa.
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Me pregunto cómo han de hacer muchos usuarios, ¿por qué los gobiernos de turno no concesionan la vía?, los usuarios pagaríamos con gusto –o a regañadientes algunos– el peaje en una vía segura.
Hace unos días sucedió un accidente de tránsito a la altura de los cantones Chaguarpata–Alausí, provincia del Chimborazo– con consecuencias lamentables, una persona oriunda de Pallatanga perdió la vida, mientras que otras quedaron heridas. Los baches, las inundaciones, etc., en cualquier momento pueden colapsar la carretera. Ojalá no suceda.
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Los trabajadores, personal operativo que se necesite con el objeto de reparar, dar mantenimiento a la carretera, deben ser pobladores de estos vastos sectores donde hay pocas oportunidades para conseguir empleo, que tanta falta hace en Chimborazo para la reactivación económica de la provincia y el país. (O)
Walter Enrique Zambrano Romero, ingeniero, Guayaquil