Parece ser que nuestro país está condenado a sufrir los inconvenientes por la falta y el exceso de agua, tal es así que acabamos de pasar un estiaje espantoso y en los pocos días que lleva el periodo de lluvias ya empezamos a sentir una serie de inconvenientes a nivel nacional, por lo tanto, es menester actuar con rapidez y responsabilidad para atenuar estas situaciones, para lo cual, por el momento, me referiré a cómo minimizar los efectos del estiaje en los ríos de la Costa ecuatoriana bajo el conocimiento general de que los ríos principales de este sector mantienen un caudal remanente que, en la mayoría de los casos, se pierde en el mar por la imposibilidad de ser usado, lo cual trae consigo severas dificultades en la vida diaria de las comunidades ribereñas, hasta el punto de afectar su supervivencia al volver restrictivo el consumo regular de agua doméstica y de riego, lo cual puede ser resuelto a través de estructuras permanentes de extraordinario beneficio y de bajo costo.
Dicho esto, se plantea la necesidad de implementar obras de retención flexibles y permanentes que tienen la capacidad de almacenar, a nivel de cauce, los volúmenes remanentes, logrando el mejor aprovechamiento hídrico de las cuencas de los ríos costeros, utilizando el agua que escurre al final de la estación lluviosa y durante la época de garúas, antes de su inexorable entrega al océano, cuyo uso se puede generalizar a lo largo y ancho de los ríos de la Costa.
Las presas a nivel de cauce, tipo artesanal, se las utiliza en la provincia de Manabí desde hace por lo menos 50 años y se implementaron para mitigar los efectos de la gran sequía del siglo pasado. Consisten en presas de tablones asentadas sobre una pequeña losa de hormigón que se armaban y desmontaba al final y al inicio del periodo de lluvias, respectivamente, cuya dificultad de maniobra, en ocasiones generaba inundaciones y problemas de arrastre de dichas estructuras que eran barridas por la fuerza del agua o por procesos de erosión al pie de las mismas, bajo cuyas circunstancias surgieron como solución, entre otras, las denominadas compuertas neumáticas o inflables que se pliegan automáticamente con el incremento de caudales, quizás poco conocidas en el medio, pero con una amplia experiencia en muchos países desarrollados, debido a las ventajas que ofrecen en funcionalidad y costos y su diseño se adapta a cualquier configuración de cauce existente, por cuya razón están siendo empleadas con mucho éxito en el mundo.
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Acerca del encargo de la Presidencia
Sin duda alguna, en el marco del aprovechamiento racional de los recursos hídricos, las obras de retención flexibles deben ser consideradas como una actividad prioritaria y de política de Estado al tener un impacto directo en el bienestar y economía de los agricultores, con resultados ambientales positivos, para lo cual solo se requiere de decisión política de quienes tienen la responsabilidad de trabajar para el pueblo. (O)
Jacinto Rivero Solórzano, ingeniero civil, Guayaquil