¿Sabían que tres mujeres son asesinadas cada día de la forma más brutal en Ecuador? Muchos de aquellos que dicen ser “hombres” no aprecian mucho de la belleza femenina. Hacer que una mujer derrame lágrimas es claramente una falta de respeto a la creación divina del universo. Lo que pasan muchas mujeres es impactante. Mujeres, nunca guardéis silencio ante la violencia en las calles, no debéis permitir la violencia; cuando reprimes el abuso, empoderas al agresor.

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Sea quien sea el victimario, deben armarse de valentía y denunciar la tragedia que están atravesando. Su presencia es el significado de nuestro mundo. Su mar desbordante de felicidad e inspiración es inigualable. No hay razón para abusar de ellas, pero sí hay una razón para dejarles disfrutar de la dulzura del mundo. Lastimar a una mujer de cualquier forma es lo más inapropiado que puede hacer un hombre.

Los malos tratos que sufren las mujeres son una cobardía y una gran degradación para toda la humanidad. Es muy impresionante el número de mujeres golpeadas, ofendidas, violadas y maltratadas.

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La violencia permea todos los niveles de la sociedad. Muchos de los jefes eran conocidos perpetradores de violencia y también estaban presentes muchos políticos y trabajadores religiosos. Pero, por increíble que parezca, la violencia más grave se da en la familia. El lugar que debería estar lleno de amor y tranquilidad es donde muchos padrastros, tíos, primos o hermanos son protagonistas de abusos sexuales.

Oremos por las mujeres que han sufrido violencia, para que sean protegidas por la sociedad y para que su dolor sea visto y escuchado por todos. (O)

Jhon Alexander Lloré Cuasatar, Quito