La Policía Nacional del Ecuador tiene nueve objetivos macros con sus respectivas estrategias para su consecución.
Cuatro de los objetivos más importantes son a) Incrementar la seguridad ciudadana y el orden público en el territorio nacional; b) Incrementar la efectividad operativa y administrativa de los servicios institucionales; c) Incrementar la confianza de la ciudadanía en la Policía Nacional; y d) Incrementar la eficiencia institucional.
Con base en estos se puede notar claramente que la meta de la Policía Nacional es reducir el número de crímenes en el país, así como el robo y los demás delitos.
Es importante recalcar que la disminución de estos no solo depende del accionar de la Policía, sino que van ligados a un manejo económico adecuado, a la reducción de la crisis, a la creación de fuentes de empleo, al incremento del circulante en el país y a todo aspecto social que pueda influir en el comportamiento de la población.
No obstante, estos objetivos delineados por la Policía no se están cumpliendo de manera adecuada, por ejemplo, entre enero y julio de 2021 ocurrieron 1.229 muertes violentas, en el mismo período de 2019, en cambio, hubo 592 casos, es decir, tenemos un incremento del 108 %.
Con la declaratoria del estado de excepción, la Fuerza Pública y las Fuerzas Armadas realizan operativos conjuntos en las calles del país, los cuales son adecuados pues pueden decomisar armamento, droga y objetos ilegales que los antisociales tengan en vehículos y motos. En diversos diarios del país y en medios oficiales de comunicación de estas instituciones se pueden observar los resultados de los patrullajes realizados, pero la pregunta que todos nos hacemos es: ¿Son suficientes?, es decir, ¿solamente con este tipo de estrategias lograremos tener un país seguro? Por citar un caso en particular en la ciudad de Esmeraldas, en la ciudadela La Concordia, un delincuente de apenas 17 años de edad, aparentemente, realizó el robo de varias casas del sector (al menos tres) usando simplemente una bicicleta. En la primera casa robó un Play Station y un computador portátil; en la segunda, un cilindro de gas; y en la tercera, joyas. A escasos 800 metros las Fuerzas Conjuntas tenían un operativo para el decomiso de armas y demás. Entonces y con base en la anécdota relatada, ¿qué no está funcionando?
El Ecuador se encuentra en un momento de alta criticidad, en la que se debe evaluar colocar efectivos tanto de la Policía como del Ejército en todos los barrios y rincones del país, realizando patrullajes a pie, para que los delincuentes los vean y al menos de este modo tengan miedo de robar con la policía o militares cerca.
Estos patrullajes deben ser como lo indican los objetivos expuestos en los primeros párrafos de este artículo “eficientes” y no solo para salir en la foto de un diario o del Twitter de la institución.
En conclusión: queremos que las fuerzas del orden no estén solo en las calles requisando vehículos, queremos que estén en las esquinas, en los barrios y ciudadelas, pero en todas, no solo en los mismos lugares que hasta los delincuentes ya ubican. (O)