Cada vez son más frecuentes las menciones al ‘riesgo país’, que es una cifra, pero atrás de la cual hay muchísimas implicaciones.

Todavía recordamos a un gobierno que pudiendo pagar la deuda la repudió y no la pagó. Y cuando en ese entorno se hablaba de que eso afectaría el riesgo país, decían que eso era una “entelequia”.

Ciertamente que no lo es. El riesgo país es en definitivas cuentas la percepción que tienen los mercados de la capacidad del país para pagar sus deudas. Si es alto, quiere decir que ven muy factible que el país no pague, y por lo tanto, para pedir más dinero hay que pagar altas tasas por ese riesgo que el mercado ve en un país específico. En el caso concreto del Ecuador, si hoy quiere salir al mercado, tendría que pagar tasas del 15 o 16 %, sencillamente inviable. En otras palabras: estamos fuera del mercado.

...con ese riesgo país alto, no podemos financiarnos, y ya sabemos que eso es condenarnos a no crecer y seguir en la pobreza.

Y estarlo significa que no tenemos posibilidad de financiarnos que no sea a través de los organismos internacionales, o a través de los créditos gobierno a gobierno.

El Ecuador no tiene ya mucho espacio con los organismos internacionales, y los créditos gobierno a gobierno normalmente atan el financiamiento a que el proyecto se realice con empresas del país que presta los fondos. Lastimosamente en los últimos años, y en especial con el caso chino, eso no ha sido financiamiento, sino ahorcamiento del país.

Riesgo país sigue al alza al ritmo de problemas de gobernabilidad, caída del precio del crudo y cambios de gabinete

El riesgo país

Por lo tanto, no tener acceso al mercado es sumamente grave para el Ecuador. Empero, ¿por qué sube tanto el riesgo país?

Quienes analizan al Ecuador lo hacen con lupa, miran las cifras económicas, pero miran también el entorno político. Y qué dice el entorno político, qué mensaje pasa. No muy bueno.

La Conaie por segunda vez paralizó al país, y ahora amenaza nuevamente con hacerlo si no se cumplen sus demandas. Y esas demandas significan más déficit, y ello es menor capacidad de pago de la deuda. Proponen controles de precios, proponen que no se vendan activos del Estado, proponen todo aquello que hace que un país deteriore su economía y no pueda pagar sus deudas.

Pero los analistas también ven un alto nivel de conflictividad. Jueces que dicen que un funcionario no se puede posesionar, otros que sí se debe posesionar. Asamblea en pugna con el Ejecutivo y con el CPCCS y Ejecutivo en pugna con otras funciones. Esto es falta de gobernabilidad. Pero también los analistas ven un problema de la Seguridad Social. El fondo de invalidez, vejez y muerte está actuarialmente quebrado y no hay visos de solución. Los analistas saben lo que esto significa en cualquier país: una verdadera hecatombe y no se ve a los actores políticos tomando medidas o proponiendo soluciones.

Los analistas ven que las mesas de diálogo tratan de frenar la inversión en minería, la única que puede sustituir en el mediano plazo al petróleo como fuente de divisas.

La lista no termina, pero el espacio de este artículo sí. El riesgo país no bajará si no hay un cambio radical en el Ecuador, y con ese riesgo país alto no podemos financiarnos y ya sabemos que eso es condenarnos a no crecer y seguir en la pobreza. (O)