El país debería salir en el nuevo año del círculo vicioso en que los poderes públicos se encuentran, en que la Asamblea avanza unos pocos pasos en un sentido y el Ejecutivo se lo bloquea de inmediato y viceversa; la Asamblea destituye a cuatro vocales del Consejo de Participación Ciudadana y estos, apoyados por el Ejecutivo porque son su mayoría, interponen recursos de protección y son restituidos a sus cargos por algún juez de un remoto lugar de la República. Y allí se quedan empantanados porque la Asamblea que los destituyó no acepta posesionar a los nuevos funcionarios elegidos por los destituidos. Esto me recuerda las guerras de trincheras de la Primera Guerra Mundial, en que los aliados franceses y británicos avanzaban unos pocos cientos de metros que al día siguiente eran recuperados por los alemanes, ambos movimientos a costa de cientos de miles de vidas. Este cuento de nunca acabar puede seguir así, no sabemos hasta cuándo. Esta rutina desgastante se ve de vez en cuando alterada por uno que otro suceso que rompe la monotonía. Uno de ellos fue el anuncio del presidente Lasso en su visita al presidente Biden, en que “envalentonado”, según sus propias palabras, en Washington anunció su candidatura a la reelección. Luego, tal vez consciente de que el anuncio opacaba los efectos de su visita a los Estados Unidos, retiró el anuncio de su candidatura; lo que no borra su intención, desde luego. El otro, la declaración del presidente, lo llamaría yo “arenga” a la Policía Nacional: “decídanse a defender al ciudadano honesto y dispárenle al delincuente”. El presidente ha formulado una declaración de política de seguridad que necesitaría ser formulada formalmente, en leyes y reglamentos, para que el policía pueda utilizarlos como descargo en un eventual juicio penal. Una orden verbal del superior no libra de responsabilidad al inferior. Se le atribuye, en el imaginario popular al expresidente Camilo Ponce Enríquez el haber dispuesto: “tirar a matar”, cuando los violentos sucesos de junio de 1959 en Guayaquil y parte de Manabí, pero no es así. Ponce dispuso defender el orden y el Ejército cumplió su orden y hubo muertos en el cumplimiento de esa instrucción. La frase parece la pronunció uno de los coroneles al mando.

Guillermo Lasso aclaró que su mención sobre buscar la reelección en 2025 ‘no es un anuncio’

En medio de este círculo vicioso tendrán lugar las elecciones seccionales y la consulta popular. En la consulta una pregunta trascendental se refiere a quitarle al Consejo de Participación Ciudadana la facultad de designar a funcionarios de los organismos de control, lo que es esencial. Es un poco irónico que el Ejecutivo, que apoya a los destituidos, pida el retiro de tales funciones, y, más irónico todavía, que los defendidos destituidos, se opongan al retiro de esas funciones. Otra pregunta importante es la de permitir la extradición de ecuatorianos en casos de ser reclamados por delitos como el narcotráfico. Yo votaré por ello por la circunstancia que vivimos, pero aclarando que la prohibición de extradición de ecuatorianos ha constado tradicionalmente en nuestras constituciones. (O)