Ya no patio trasero de Estados Unidos de América. En el mes de septiembre del 2021 se publicitó que la administración Biden, junto con otros gobiernos del G7, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Japón, estaría por impulsar el programa Build Back Better for the World - B3W (Reconstruir un mundo mejor), asignando recursos para infraestructura y desarrollo en países de América Latina, África y Asia.

Y hubo mención específica al Ecuador, como país elegible. Un enviado especial, Daleep Singh, asesor adjunto de seguridad nacional de Estados Unidos para la economía internacional, llegó a Quito el 28 de septiembre del 2021. Condición anunciada es que haya un gobierno democrático, del que se espere transparencia y sostenibilidad financiera, ambiental y social, lucha contra la corrupción, inclusión social, con garantías sociales en políticas de género, laborales y sobre el riesgo de cambios climáticos.

Ya no son los tiempos de la doctrina Monroe, 1823, llamada así por el presidente de entonces, James Monroe, simbolizada en la frase “América para los americanos” contra lo que se acusaba entonces como riesgo, una nueva penetración europea en el continente americano; ni los de Estados Unidos del siglo XX que quería gobernantes serviles y, para eso, los dictadores, Batista, Somoza y otros, eran elegibles, porque los países latinoamericanos debían ser como los patios traseros de la potencia de la región (America’s Backyard).

El programa B3W (Reconstruir un mundo mejor), en su momento, tuvo pronunciamiento a favor de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, la misma Comisión que el 23 de marzo del 2022, por unanimidad, con presencia de senadores demócratas y republicanos, se ha pronunciado a favor de la expedición de una Ley que se denominaría Ley de Asociación Estratégica USA-Ecuador, en que se reconocería a nuestro país como socio democrático y estratégico clave en la Región. Continuado el trámite legislativo, la Ley debe ir a sanción presidencial, lo que se espera que no sufra contratiempos.

Estados Unidos y todo país y gobierno amigo, y los inversionistas que no sigan prácticas de corrupción, lo que quieren es estabilidad y no violencia, absoluta transparencia, con menos trabas, porque estas son para colocar dificultades y luego vender facilidades.

Ética y capacidad de gestión se requiere. No privilegios por tráfico de influencias. Cuando se trate de competir, porque hay varias ofertas para lo mismo, debe evidenciarse las condiciones y el porqué de las preferencias para asignaciones o adjudicaciones.

Un gobernante debe distinguir peticiones para viabilizar pronunciamientos y decisiones de gobierno, dentro de sus competencias, peticiones no necesariamente ilícitas, que sí lo serán las que generen percepciones de corrupción.

Ni la virtud necesariamente sólo está en los ecuatorianos, ni sólo está en los del extranjero. Requerir sólo opciones del extranjero, para nada garantiza la calidad de una oferta.

Con esas expectativas, ¿será recomendable “la muerte cruzada” que implicaría régimen transitorio y elecciones generales de resultados por verse?, ¿u otra iniciativa? (O)