El malestar que se produce en el área de revisión migratoria del aeropuerto José Joaquín de Olmedo, de Guayaquil, por insuficiente número de agentes en turnos en los que coinciden cuatro o cinco vuelos comerciales internacionales, ha sido motivo de sucesivos reclamos y sendos ofrecimientos de remediación.

Desde hace semanas, pasajeros y autoridades locales han reportado la prolongada espera tanto al ingreso como a la salida del país. Incluso la Asociación de Representantes de Líneas Aéreas en Ecuador (Arlae) y la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) enviaron el miércoles una carta al ministro de Gobierno para expresar su preocupación, pues tal situación retrasa a los usuarios de vuelos internacionales.

De parte del Gobierno varios han sido los pronunciamientos, ofreciendo incorporar a 50 nuevos agentes para reforzar los operativos a escala nacional de ingreso y salida de Ecuador.

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Hace un mes, ante el compromiso de los funcionarios de Migración de dar solución al problema el 1 de septiembre, la Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil retiró los banners que había colocado en el área de arribo de los pasajeros, en los que deslindaba responsabilidad por las deficiencias que presenta el servicio que presta Migración y que es de total responsabilidad del Gobierno central.

El más reciente ofrecimiento es que la solución llegará hasta fin de mes. Sin embargo, cada día que pasa, cientos de pasajeros se llevan una experiencia que podría ser mejor si las autoridades centrales priorizaran la atención al usuario.

Guayaquil, a través de la Empresa Pública Municipal de Turismo, realiza gestiones para posicionarse como una ciudad con potencial para acoger visitantes que vengan a participar en eventos académicos, médicos, deportivos, corporativos, comerciales, de sostenibilidad, cultura y entretenimiento. Para causar en ellos una grata recordación de nuestra hospitalidad, todos los aspectos cuentan, incluyendo su arribo y su partida. (O)