La prevención siempre será más barata en todos los sentidos. Cuando se trata de salud no solo representa ahorro de recursos económicos sino que también evita efectos emocionales por una gravedad.

En esa medida la vacunación debe ser valorada. Al momento se desarrolla en el país una campaña de prevención del cáncer uterino. En las unidades de educación se coloca la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) previo autorización de los padres de familia.

Documentos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) registran que la dosis contra el VPH es más eficaz si se administra entre los 9 y 14 años, de preferencia antes del inicio de la vida sexual. Se prevé que hasta el 30 de junio se la coloque en planteles, pero también se puede solicitar en los centro de salud del Ministerio de Salud Pública.

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Según Info VPH, cada año, aproximadamente, el 50 % de los nuevos casos de infecciones genitales por VPH se presenta en jóvenes de 15 a 24 años de edad. En el 2020, en Latinoamérica, más de 59.000 mujeres fueron diagnosticadas con cáncer cervicouterino. Prevenir es posible.

Pero esa no es la única inmunización que se ofrece en Ecuador. Este 23 de mayo se reanudó la vacunación contra el COVID-19 para reducir la gravedad del coronavirus, evitar hospitalizaciones, el riesgo de secuelas y salvar vidas.

Y para los niños menores de un año hay un esquema de vacunación completo por el que son responsables las autoridades de salud y los padres de familia.

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En el Ecuador se garantiza el acceso gratuito a la salud.

No administrar un tipo de vacuna deja expuestas a las personas. En Italia, por ejemplo, tres recién nacidos han fallecido en lo que va de año por tosferina y han aumentado en un 800 % las hospitalizaciones, según la Sociedad Italiana de Pediatría, que alerta de que la epidemia afecta a bebés y lactantes no vacunados.

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Los esquemas de vacunación en Ecuador incluyen la que evita la tosferina. Estar alerta es una obligación de todos. (O)